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El astillero de Ferrol será el único en utilizar este dispositivo para mejorar la seguridad industrial
En la entrada del taller de Navantia Fene en donde el pasado jueves se celebró el acto de firma de las 62 jackets para Iberdrola, un dron de grandes dimensiones llamaba la atención sobre una mesa. Bautizado como el Chorlitejo, el dispositivo fue estrenado esa misma jornada, como refuerzo a las tareas de seguridad industrial en los astilleros de la ría.
La utilización del dron forma parte de un proyecto experimental que iba a desarrollarse únicamente este año, pero debido a las restricciones impuestas por el covid-19, también se hará extensivo durante el 2021. La empresa pública explica que servirá para reforzar la vigilancia en zonas que no están valladas o especialmente oscuras, para evitar el espionaje industrial y para la obtención de imágenes durante la comisión de posibles infracciones o delitos, entre otros.
Pero, además, también podrá ayudar a la empresa en tareas de prevención, como apoyo «en la rápida inspección de los escenarios de emergencias», y también para la realización de inspecciones de los lugares a los que se tiene peor acceso. El proyecto se ha configurado como un servicio más dentro de los servicios de vigilancia proporcionado por la empresa Prosegur. A finales de abril comenzaron los cursos formativos para de piloto para los vigilantes designados para operarlo, aunque la pandemia ha retrasado el final de estas acciones formativas. A partir de la semana que viene darán comienzo las prácticas en Navantia Ferrol, único astillero en el que se usará.
Características El dron tiene 83,5 centímetros de ancho, 68,8 de largo y 29,2 de alto. Puede alcanzar una velocidad máxima de 85 kilómetros a la hora y disponer de un tiempo de vuelo de 24 minutos.
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