Los sindicatos calculan que este recorte afectará a unos 300 empleados de todas las estaciones de la red de ADIF tanto en alta velocidad como en media distancia.
El gestor público de las infraestructuras ferroviarias ADIF ha comunicado esta semana que va a prescindir de buena parte de la plantilla de seguridad privada que trabaja regularmente en las estaciones de tren españolas. El recorte alcanzará el 20% de los empleados totales, lo que en una plantilla de aproximadamente 1.000 profesionales de seguridad privada, supondría la salida de aproximadamente unas 200 personas. ADIF ha comunicado este cambio a las empresas adjudicatarias, recalculando a la baja el contrato.
Muchos de los despidos se han empezado a ejecutar esta misma semana, singularmente en estaciones como Madrid-Atocha, donde se ha prescindido del 25% de la plantilla (conformada por unos 100 profesionales) o en otras estaciones como Huelva, donde según los representantes del sindicato Comisiones Obreras, se ha prescindido de todos los profesionales de seguridad privada, dejando el control de seguridad sin personal.
Los despidos se están produciendo por todo el país, afectando a todas las compañías que lograron la adjudicación de los servicios desde el año 2018. De estas empresas la que tiene más efectivos es Prosegur, que tiene las estaciones más grandes como son Madrid y Barcelona-Sants. Eulen es la segunda empresa en importancia en las adjudicaciones, con las estaciones del noroeste y el sur del país. Por su parte, Securitas tiene las estaciones del este del país y Prosetecnisa las del norte. Los afectados son los servicios de Renfe de Larga Distancia y de Media Distancia, pero según ADIF ni la Alta Velocidad ni tampoco Cercanías, que tienen contratos de seguridad privada propios, se verán afectados por el tijeretazo.
«Drástica caída de ingresos» Este periódico se ha puesto en contacto con fuentes oficiales de ADIF. La empresa pública presidida por Isabel Pardo de Vera ha confirmado los recortes con el siguiente argumento: «Una vez pasados los peores momentos de la pandemia, en los que ADIF ha debido reforzar sus medidas de seguridad con el fin de velar por la seguridad de todos los usuarios, y ante las nuevas circunstancias, marcadas por una drástica caída de los ingresos, ADIF va a realizar una adaptación de sus servicios de vigilancia y seguridad».
Tal y como sigue diciendo la empresa pública a OKDIARIO, «el objetivo de esta actuación es reconfigurar la forma en que se ejecuta esta prestación, adaptándola a la demanda actual y garantizando en todo momento la seguridad de las infraestructuras críticas, la vigilancia de todas las estaciones de alta velocidad y la presencia de vigilantes en las estaciones de red convencional». Estos recortes afectarán especilamente a las patrullas de las vías, que perderán efectivos y que tendrán que realizar un trabajo de un radio muy superior (por ejemplo, patrullar a 300 kilómetros cuando antes lo hacían a 200), y además verán mermados sus efectivos. Pero se insiste en que no se verá comprometida la seguridad, aunque sí es posible que el grado de respuesta llegue más tarde al haber menos efectivos.
Problemas en las vías No obstante, según informan a este periódico las citadas fuentes sindicales, los primeros recortes ya están causando problemas en el servicio de seguridad privada. El delegado de Comisiones Obreras por Prosegur en la estación de Madrid-Atocha asegura que entre otras cosas «se han quitado las patrullas especiales que vigilan la vía para que no entre ningún animal o persona en ella. Estas patrullas son muy importantes porque se producen muchos robos de catenaria» a lo largo de las vías ferroviarias.
Pero además, las fuentes sindicales también lamentan la imposibilidad de garantizar la vigilancia en algunos espacios de gran tamaño (como el eje Madrid-Abroñigal que hay al sur de la ciudad) donde la vigilancia de zonas enormes quedará bajo la responsabilidad de apenas un operario, aseguran, aumentando el riesgo de estos profesionales ante posibles altercados que se puedan dar. Desde ADIF se considera que los contratos de seguridad habían aumentado mucho en los últimos años y que se habían hecho previsiones en algunos casos de una puesta de servicio a las que finalmente no se ha llegado, lo cual justificaría el recorte.
Caída dramática Los números de ADIF son dramáticos durante estos pasados meses. El estado de alarma llevó el movimiento por trenes a casi cero y sólo en las últimas semanas la actividad se recupera, aunque todavía en niveles muy bajos al no permitirse aún el movimiento entre provincias. Desde la empresa pública gestora de infraestructuras no se sabe cuándo se podrá volver a las cifras previas a la pandemia. Sin embargo, los sindicatos se quejan de que sea precisamente ahora que se recupera la actividad cuando se hacen los recortes, y lamentan que hace muy difícil el trabajo del personal de seguridad privada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario