De noche pasan cosas muy locas, más de lo que nos imaginamos. Y los vigilantes de seguridad las ven todas. Siete vigilantes explican historias que nunca olvidarán
Cuando se pone el sol y las calles se oscurecen, empieza su guardia. Es su trabajo, vigilar, proteger y evitar que haya altercados. Son los vigilantes de seguridad, una profesión que más allá de la épica, tiene muchas horas de espera, aburrimiento y mirar las pantallas con las grabaciones de seguridad.
Lo lógico sería pensar que una grabación de noche consiste en imágenes oscuras, calles vacías y locales desiertos en los que no sucede nada de nada. Pero, obviamente, no es así. En las ciudades, de noche, cuando nos vamos a dormir, pasan cosas muy locas, más de lo que nos imaginamos. Y los vigilantes de seguridad las ven (casi) todas. Siete vigilantes cuentan en Reddit algunas de las que nunca olvidarán.
1. La orgía de sin-techo Trabajaba vigilando las cámaras de varios bancos. Abrí una en la que se habían quejado de altercados. Me encontré con mendigos cagando y drogándose en el vestíbulo. De golpe, bam, una orgía. ¿Lo más fuerte? A uno se le giraron los cables y le lanzó un cuchillo de cocina a la cabeza de otro. Sin motivo alguno. Solo alucinaciones por las drogas y quizá algún trastorno. Se fue corriendo porque avisé a la policía.
2. Lo que ves en una cámara de un súper 24 h Vigilo el típico supermercado de 24 h, de esos de autopista o de periferia de gran ciudad. He visto muchas cosas en las cámaras cuando era muy de noche: chicas sacándose nudes en el almacén, gente cagando en esquinas —un tío se cagó encima y se fue corriendo de la tienda dejando un montón de mierda y un rastro por donde corría—, hasta un tío masturbándose en lencería.
3. Vigilando una macrotienda de ropa de un polígono Tengo muchísimas historias. Uno que me dio mucho asco: se metió la mano por delante del pantalón, rascándose los huevos. Luego hizo lo mismo detrás, rascándose el ano a fondo. Saca la mano y la huele. Luego la chupa. Otra vez, un hombre fue a masturbarse a altas horas de la noche a la sección de ropa de niña, llamé a la policía. También un tío que intentaba hacer fotos por debajo de la cortina de los probadores para pillar nudes. Un abuelo que iba cagando mientras andaba. Otro que nos robó y que su cómplice atropelló mientras intentaba huir.
4. Robos en una tienda erótica Trabajo en una tienda erótica. Un día tuvimos que revisar las cámaras porque nos faltaban productos, nos habían robado. Pues resulta que el robo se produjo cuando una chica se metió más de diez piezas de lencería sexy dentro del sujetador mientras su padre (o eso dijo) distraía a la cajera. Me pregunto cómo llegaron a urdir el plan: “oye, papá, ayúdame a robar un montón de lencería sexy”.
5. Hombre vs. Naturaleza Vi un hombre en traje siendo totalmente rociado por una mofeta. Se pelearon y perdió. Se lo merecía por atacar a un animal.
6. Vigilando una Scape Room He visto cosas muy random, pero en general la gente sabe que está siendo observada y no hace nada. Sin embargo, una vez una chica no lo sabía y se puso, de golpe y sin sentido, a hacer una coreografía larga y complicada de Supercalifragilisticoalidoso. Sus amigos le dijeron que parase que la estaban viendo y su cara se volvió automáticamente roja.
7. Pornografía furry Trabajaba en un campus universitario. Eran las dos de la mañana, un chico solo anda por el campus. Se sienta en un banco, detrás había una cámara. Abre el portátil, con toda la luz, y saca porno furry (es decir, porno de dibujos animados con animales antropomórficos. Se estuvo masturbando un buen rato hasta que se giró y vio que tenía una cámara de seguridad apuntando en su dirección. Le entró un ataque de pánico y se fue corriendo.
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