Una mujer entró en una superficie comercial de Palma hace unos días empujando un cochecito de bebé. Hasta ahí, todo normal. Los vigilantes de seguridad en seguida se percataron de que el carrito estaba vacío.
No había ninguna criatura en su interior. Los empleados sometieron a la madre a una discreta vigilancia y descubrieron cómo iba pasando por los distintos departamentos del establecimiento. Incluso, recorrió varias plantas del edificio. Eso sí, en ningún momento soltó el cochecito. La mujer se fue apoderando de artículos, les arrancaba el dispositivo de alarma y los metía dentro del carrito. Arrambló con todo lo que encontró. Sustrajo varias prendas de ropa, piezas de bisutería y no se dio por satisfecha. Decidió pasar por el supermercado y se hizo incluso con tabletas de chocolate. Todo el botín lo fue guardando en el cochecito de bebé. Antes de abandonar la superficie comercial, fue descubierta por el personal de seguridad. Había cargado género por valor de más de 600 euros.
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