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2 de marzo de 2022

Una Inspección más fuerte, un trabajo más justo

POR CARMEN COLLADO
Directora de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social

Un 1 de marzo de 1906, hace hoy 116 años y un día, se publicaba en el BOE la norma de creación de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS). Su objetivo era atajar unas desigualdades que afectaban al equilibrio de la relación laboral, y que derivaban en abusos e injusticias que hacían imprescindible una inspección vigilante en el cumplimiento de la norma.

Cuando en 1987 ingresé en la Inspección lo hice con el convencimiento de que llegarían importantes cambios al organismo, en paralelo a los de una joven democracia española, que contaba ya con un Estatuto de los Trabajadores y una Ley Orgánica de Libertad Sindical. Las personas trabajadoras tenían ya cauces propios para vigilar el cumplimiento de las normas y hacerlas valer. Era previsible que, en paralelo, se relajara la función protectora de la Inspección. Decaída la vertiente tuitiva, la ITSS debería reforzar sus otras dos grandes áreas de actividad: la vigilancia del cumplimiento de normas en relaciones jurídico-públicas, concretamente las obligaciones en materia de Seguridad Social, y el cumplimiento de las normas de seguridad y salud en el trabajo. La evolución normativa y la historia de los últimos 40 años han evidenciado que no fue así.

Existe un convencimiento social generalizado de que las normas que rigen los derechos de las personas trabajadoras son incumplidas. Es una percepción experimentada en primera persona, pero también a través de familiares, amistades, vecinas, que relatan sus condiciones laborales: "Tengo contrato de cuatro horas y trabajo ocho", "me dan de baja los fines de semana y me vuelven a contratar el lunes", "llevo tres contratos temporales y ahora me despiden y contratan a otra persona…".

¿Qué ha ocurrido para que aquellos pronósticos no se hayan cumplido? La respuesta se relaciona con todo aquello que hacía tan necesaria la reciente Reforma Laboral, aprobada mediante el RD-Ley 32/2021. Los principios neoliberales que han dominado la política europea de las últimas décadas han ido, poco a poco pero sin pausa (y sin disimulo alguno en la reforma del gobierno Rajoy de 2012), desregulando el derecho del trabajo, minando el papel sindical y colocando a la clase trabajadora en absoluta inferioridad para negociar sus condiciones de trabajo. Solo donde la presencia sindical se ha podido mantener con fuerza se ha contenido esa deriva.

Ocurre que aquellos principios neoliberales han socavado también el papel de la ITSS. La administración laboral fue perdiendo, normativamente, capacidad de intervención en las relaciones laborales y los recortes presupuestarios afectaron, de forma significativa e intencionada, a nuestro organismo. Una Inspección debilitada era el complemento que perfeccionaba la estrategia neoliberal. Con mucho esfuerzo hemos resistido. El compromiso personal, la profesionalidad, la entrega de quienes prestan este servicio público, ha estado muy por encima de los medios disponibles. Gracias a ellas y a ellos somos hoy un referente en Europa y en América Latina y a nuestro modelo generalista dirigen la mirada inspecciones de otros países y organismos internacionales del mundo del trabajo.

Reforzar la Inspección implica necesariamente más inspectoras e inspectores, más subinspectoras y subinspectores, más personal técnico y administrativo, instalaciones, equipos y condiciones de trabajo que se correspondan con el alto nivel de exigencia y formación que requiere la actividad y función del organismo. Precisamente en esta dirección camina el Plan Estratégico de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social 2020-2023 cuyo eje 3, titulado Fortalecer y modernizar la Inspección de Trabajo y Seguridad Social para mejorar la calidad en la prestación del servicio a los ciudadanos, marca nuestra hoja de ruta.

Nos hemos involucrado en un ambicioso proyecto de modernización de la ITSS, tanto en recursos tecnológicos como en procedimientos y organización estructural. La nueva RPT derivará en una organización operativa más funcional, especializada y flexible que se adecúa a una realidad laboral compleja y en continuo cambio (transnacionalidades, digitalización, economía de plataformas, teletrabajo, robotización, etc.). Se trata de cumplir con eficacia la función social encomendada y, sin duda, el factor humano, el cuidado y reconocimiento a quienes lo hacen posible, se hace imprescindible en esta tarea.

Con esfuerzo y compromiso, las empleadas y empleados de la ITSS han dado respuesta a situaciones excepcionales, como ocurrió durante esta pandemia, requiriéndose su presencia en los centros de trabajo, con nuevas competencias de salud pública o afrontando los efectos de un ciberataque. Mi compromiso personal, como directora del Organismo, está con todas y todos ellos, y con la importante función social que realizan. Reforzar la Inspección de Trabajo es, por ello, contribuir a cumplir y completar el mandato de la Reforma Laboral, que ha venido a erradicar las patologías, en forma de precariedad y temporalidad, del mercado de trabajo español. Una Inspección más fuerte, en definitiva, para un trabajo más digno y más justo.


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