Se llaman Yack, Bruno,Yani, Thor, Baron y Rex, seis canes que patrullan el conjunto monumental rastreando explosivos y velando por la seguridad de los viandantes
Se llaman Yack, Bruno, Yani, Thor, Baron y Rex. Podrían ser seis super héroes de cómic. De esos que descubren bombas y salvan a la humanidad de la destrucción. Pero son los nombres de los seis perros que vigilan todos los días la Alhambra y el Generalife y, al igual que Supermán o Batman, también tienen los poderes para detectar explosivos y evitar que los malos perpetren sus fechorías. La 'patrulla canina' de la Alhambra, que desempeña básicamente dos funciones, la localización de sustancias detonantes y la seguridad de los visitantes, acaba de cumplir cinco años con una hoja de servicio que ya la quisiera para sí el propio Spiderman. Y es que estamos hablando de animales 'programados' –el proceso de instrucción es prácticamente continuo– para realizar su misión de una manera casi infalible.
Una faena que, lógicamente, no realizan en solitario, sino con la inseparable compañía de su guía –siempre el mismo–. Es decir, de los guardias de la Alhambra con los que patrullan desde que entran en el monumento hasta que salen. Es el caso de José Ramón Gallego y Thor, un precioso pastor belga de pelo negro, que llevan cinco años currando pierna con pata. «Estamos tan unidos –explica José Ramón mientras atusa la cabeza de Thor– que él es capaz de reaccionar en cuanto intuye que yo me he puesto nervioso o que estoy expectante ante cualquier circunstancia». «En todo caso, él está enseñado para no hacer nada hasta que yo se lo ordene».
José Ramón y Thor son uno. Cuando José Ramón está de servicio, Thor está de servicio. Cuando José Ramón está de vacaciones, Thor está de vacaciones. Cuando José Ramón está de baja, Thor está de baja. Y cuando José Ramón está de descanso, Thor está de descanso. «Cada dos horas en el transcurso de la jornada laboral que nunca supera las ocho horas, para que los niveles de atención se mantengan al cien por cien», asegura José Ramón. De ahí que haya seis binomios para cubrir todas las franjas horarias desde que la Alhambra abre sus puertas de buena mañana hasta que las cierra a las seis de la tarde.
Yack, Bruno, Yani, Thor, Baron y Rex están alojados en una residencia canina de Churriana de la Vega, donde un equipo de profesionales cuida de su alimentación y de su salud. Pasan inspecciones veterinarias periódicas y, lógicamente, están al corriente de todas las vacunas. Todos los días son desplazados en transportes adaptados desde Churriana hasta la Alhambra, donde cuentan también con una 'casa' donde desconectan cada dos horas de imaginaria. Protocolos de bienestar animal que son seguidos con celo por Securitas, la empresa que se encarga de la seguridad de la Alhambra.
Miguel Laguna también lleva cinco años, desde diciembre de 2016, trabajando junto a Yani, un labrador que recorre la Alhambra de punta a cabo olisqueando todas las papeleras y todas las mochilas y bolsos que puedan resultar sospechosos. «Es muy sociable y le gustan los niños», comenta Miguel. Un 'kit kat', los tres minutos que dura la entrevista con Miguel, en que Yani interpreta que 'allí no pasa nada' y se tumbas con las patas hacia arriba para que le acaricie Miguel. Por algo Yani es conocida entre los cuidadores con el apelativo de 'La reina de la Alhambra'. «Lo tengo clarísimo, cuando llegue el momento de su jubilación, la adoptaré», confiesa Miguel ante la atenta mirada de Yani, que por momentos parece totalmente consciente de que están hablando sobre ella.
Según explican desde el Departamento de Seguridad, la Alhambra cuenta con seis 'binomios'. Los canes detectores revisan no solo el conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife, sino que también colaboran en las funciones de acceso y otras tareas asignadas, así como en la verificación de objetos personales, abandonados o perdidos. No hemos de olvidar que la Alhambra es el segundo monumento más visitado de España después de la Sagrada Familia, en Barcelona, y que el trasiego de turistas es continuo durante los 365 días del año. Los perros de seguridad se mueven también por los distintos espacios del recinto, y su desempeño fundamental es la protección de todas las personas dentro de la Alhambra mediante maniobras disuasorias y en el caso de que fuera necesario, mediante la intervención controlada. Sus pares humanos están formados específicamente para ello. El vínculo entre los dos es total.
Máxima eficacia Yack, Bruno y Yani, expertos en hallar explosivos, están certificados por la Agencia Estatal de Seguruidad Aérea y por los Tédax del Cuerpo Nacional de Policía. Dicha acreditación se revisa y se actualiza en unos plazos determinados para garantizar, siempre, el máximo rendimiento de estas 'piezas' fundamentales para que no haya problemas en la Alhambra. Hay mucho en juego. La Alhambra no solo es la imagen de Granada –y su motor económico–, sino un icono de la cultura y el patrimonio de España. Cualquier incidente tiene repercusión.
Respecto a la capacitación de los agentes de la Unidad Canina del Servicio de Seguridad del Patronato de la Alhambra y el Generalife, todos figuran en el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, dentro del epígrafe 'personal de seguridad y medio ambiente'. También participan en cursos para mantener su nivel de cualificación. Siempre surgen nuevas amenazas que requieren el conocimiento de todos los protocolos y procedimiento de abordaje.
Yack, Bruno, Yani, Thor, Baron y Rex son pastores belgas malinois, pastores alemanes, pastores holandeses y labradores, cuatro razas de 'perros policía', así se les llama, a las que acuden los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y también las empresas privadas de este sector tan sensible. Entender su comportamiento es esencial para lograr la mayor eficacia. Por eso, solo pueden llevarlo a cabo especialistas. En España hay escuelas de mucho prestigio.
Los perros son seleccionados según unas características específicas. Lo ideal es escoger cachorros con un año, ya que aprenden más rápidamente. Dependiendo de sus futuros cometidos, se les entrena con unas técnicas o con otras. Los que buscan droga, por ejemplo, pueden señalizar la existencia de estupefacientes de una manera pasiva, sentándose frente al lugar o ladrando para indicar su descubrimiento. El adiestramiento en positivo es el más recomendable. Este sistema consiste básicamente en no recurrir al castigo. El objetivo es modificar la conducta con técnicas basadas en la comunicación y el respeto mutuo.
«Cien por cien operativos ante cualquier situación» «El modelo de gestión de la unidad canina facilita que los binomios con perro de seguridad sean cien por cien operativos en cualquier situación», ha explicado la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz, quien ha destacado el enfoque preventivo y poco invasivo de esta unidad del servicio de Seguridad del Patronato de la Alhambra y Generalife, además de la excelente labor que realiza a diario en el conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife.
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