La seguridad es una preocupación fundamental para los ciudadanos. Al nivel de la libertad. Por eso no es de extrañar que muchos piensen en la seguridad privada si el Estado, lo público, no cumple las necesidades.
Esto de la seguridad no va por barrios. Va por continentes. En este sentido, Europa es quizá el más seguro del mundo. Y todo, desde una óptica eurocéntrica, como se contempla todo desde esta parte del inmenso mundo, sin mirar lo que sucede en otros lares, hemos de puntualizar que la seguridad en el Viejo Continente es pública, de las Fuerzas de Seguridad del Estado en gran parte. Una situación bien diferente a lo que pasa en otros lugares, pues la realidad es que la mitad de la población mundial vive en países donde hay más seguridad privada que policías públicos.
Curiosamente, cerca de 40 países tienen más trabajadores contratados para proteger la seguridad de determinadas personas o lugares que policías encargados de garantizar la seguridad de los ciudadanos. China, India, EEUU, Brasil, Rusia, Japón y Reino Unido, entre otros muchos, son algunos de los países que cumplen ese requisito. El caso más extremo se produce en la India, donde la cantidad de seguridad privada quintuplica la de la policía: siete millones frente a un millón y medio. Un mercado, este de la seguridad privada, en expansión. De hecho el mercado global de servicios privados de seguridad, que incluyen la vigilancia privada, la vigilancia y el transporte armado, tiene un valor estimado de 180.000 millones de dólares y se prevé que crezca a los 240.000 millones de dólares en 2020. Todo ello va creciendo de manera escalonada por la percepción que existe en todo el mundo de que la violencia se ha disparado –valga la expresión–. Algo que, en realidad, no es así.
Pues el número de asesinatos y actos violentos desciende paulatinamente. Sea como fuere, esa percepción irreal ha propiciado que existan más de 20 millones de trabajadores de seguridad privada en todo el planeta. Nuestro país es rara avis en todo esto: en España hay 528 policías por cada 100.000 habitantes, mientras que la media en Europa es tan solo de 385 policías siempre y cuando hablemos de seguridad pública. Sin embargo, si nos referimos a seguridad privada los datos son al contrario: 200 vigilantes por cada 100.000 habitantes en España, frente a los 271 que tiene de media la Unión Europea. Y es que en la disyuntiva entre libertad y seguridad muchos están dispuestos a pagar –y mucho– por la segunda.
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