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2 de octubre de 2023

La Jornada ‘Mujeres y Seguridad’ constata la necesidad de incluir la perspectiva de género en seguridad pública y priva

La directora Montserrat Iglesias-Lucía presentó los resultados del segundo estudio del Observatorio Mujer y Seguridad, con un aumento minoritario en la representación femenina en el sector. El evento, celebrado ayer en el Edificio Blanco, también ofreció una conferencia sobre perspectiva de género y políticas de seguridad.

Prevención y Seguridad Integral UAB y el Observatorio Mujer y Seguridad organizaron ayer la jornada “Mujeres y Seguridad: retos y oportunidades”, en el Edificio Blanco del Campus UAB, en la que asistieron más de 150 personas presencialmente y virtualmente. La encargada de presentar el evento fue la directora del centro, Montserrat Iglesias-Lucía, presidenta y una de las impulsoras del Observatorio, fundado en 2021 junto con las profesionales del sector Cristina Manresa, Paloma Velasco, Anna Aisa y Anna Borredá. “Decidimos organizar esta jornada por varias razones pero, en primer lugar, por el compromiso de la Escuela con la igualdad de género”, explicó Iglesias-Lucía. Uno de los principales objetivos de esta entidad es generar y compartir conocimientos sobre la mujer en el mundo de la seguridad. Por eso, cada 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, publican un estudio con un análisis cuantitativo sobre su representación en el sector.

Evolución positiva y al alza, pero leve La directora presentó los resultados del segundo y último estudio, en que se muestra un cambio de tendencia y un aumento general de las mujeres en campos y subcampos de la seguridad. Un aumento, aun así, todavía minoritario e insuficiente: “las mujeres no representan ni una cuarta parte de las plantillas en números globales, privando al sector y a la ciudadanía del talento femenino y su visión de la seguridad”.

En seguridad privada, en 2022, unas 20.034 mujeres ocupaban el número total de vacantes, que en global es un 14,49% de los profesionales del sector. El informe constata que hay una diferencia de representatividad según el tipo de habilitación profesional: las mujeres ocupan principalmente las categorías de detective y vigilante (son el 26,52%), pero tienen menos presencia como directoras y jefas de seguridad (5,46%) y escoltas privados (un 4,26%). Con respecto a 2021, se mantiene la tendencia al alza en la incorporación de las mujeres como vigilantes de seguridad y la especialidad de explosivos, a pesar de que solo crece un 1%. En este sentido, Montserrat Iglesias-Lucía también quiso dar algunas cifras como el descenso de la habilitación profesional a escuchas que son mujeres (un 2,56% menos), o la infrarrepresentación femenina en los Guardias Rurales, donde son un 2%.

En cuanto a los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, la representación de la mujer va ligeramente en aumento. El cuerpo de los Mossos d’Esquadra continúa siendo la organización policial con más efectivos que son mujeres (un 22,21%), y la Guardia Civil la que menos (un 8,57%). Según la directora, aun así, hay un retroceso en determinadas escalas de mando. Si bien en organizaciones como los Mossos d’Esquadra han incrementado en un 10,34% las mujeres comisarias, en casos como las policías locales -donde la mujer se pudo incorporar entre los años 70 y 80-, hay una “irrelevante” representación de las mujeres en las escalas superior (solo un 1,13%), a pesar de ser más de la mitad de los efectivos (66,68%) en la escala ejecutiva.

Cambio en el concepto de seguridad El Observatorio defiende que el sector se tiene que esforzar más para incorporar talento femenino en este ámbito profesional, tanto desde un punto de vista cuantitativo como estratégico. Si bien se trata de una profesión tradicionalmente masculina, el concepto ha evolucionado: “La sociedad ya no quiere una seguridad de fuerza física sino asistencial, que escuche y atienda. Valores que están relacionados con las mujeres”, dijo Iglesias-Lucía.

A los obstáculos porque las mujeres continuïnt escalando posiciones directivas, se suma el “veto social” a estudiar seguridad o acceder a trabajar en este campo. “Existe un discurso público sobre techos de cristal para que la mujer no se incorpore al ámbito de la seguridad. Es un problema cultural, de acceso y de estructura“, explicaba la presidenta del Observatorio y directora de Prevención y Seguridad Integral UAB. El informe aporta algunas soluciones de mejora como la incorporación y plena implantación de planes de igualdad, o la promoción de campañas que contribuyan a un cambio de visión sobre el papel de la mujer y la seguridad, entre otros.

Incluir la perspectiva de género en políticas de seguridad La jornada continuó con una conferencia a cargo de Anna Almécija, criminóloga y jurista, y experta en seguridad y políticas de igualdad. Almécija coincidió en que se tienen que revisar muchas teorías y praxis dentro del sector porque las mujeres tienen necesidades específicas que tienen que ser atendidas: “Alguien que no trabaje con perspectiva de género no es un buen profesional”, sentenció. Según la experta, hasta ahora el sector ha llevado a cabo políticas neutras respecto al género, pero cada vez hay más instituciones que se esfuerzan para eliminar la discriminación de género y tener en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres. En este sentido, la experta mencionó algunas de las leyes del estado español sobre seguridad y perspectiva de género, en las que destacó el artículo sobre seguridad de la Ley 17/2015, del 21 de julio, de igualdad efectiva de mujeres y hombres de Cataluña, o la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad sexual, conocida como “Solo sí es sí”, que incorpora la necesidad de crear espacios seguros con enfoque de género.

De acuerdo con la profesional, que en octubre empezará un nuevo Curso en Diseño de Espacios Públicos y Prevención de la Inseguridad en la Escuela, las mujeres se relacionan diferente con el entorno, y la sensación de miedo e inseguridad se expande. Mencionó la última encuesta de seguridad pública de Cataluña, que indica que “a pesar de que la percepción de seguridad es igual entre hombres y mujeres, el porcentaje de mujeres que dejaban de hacer cosas era el doble”. Por este motivo, la experta considera que se tienen que diseñar y utilizar metodologías cuantitativas y cualitativas, que sobre todo sean participativas, para la creación e implementación de políticas de seguridad.

Como propuestas de mejora, Anna Almécija puso énfasis en la necesidad de incluir más formación y asesoramiento en perspectiva de género, cambios en los modelos de liderazgos y en las medidas para la conciliación familiar. En el ámbito de la seguridad pública, recomendó la guía “Cómo incorporar más mujeres en la policía”, elaborada en 2020 por el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña. En cuanto a la seguridad privada, la profesional también incidió sobre todo en la correcta implantación de los planes de igualdad en las organizaciones.

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