La Policía Nacional ensalza una actividad que complementa el esfuerzo del cuerpo. «Son un pequeño ejército cuya colaboración nos permite llegar a todos los puntos de una ciudad»
El trabajo que los más de 1.300 vigilantes de seguridad privada que desempeñan su labor profesional en la provincia extiende la presencia disuasoria de los cuerpos policiales en el territorio. «Es como un pequeño ejército que colabora con nuestra institución», asegura Carlos Julio San Román, comisario provincial de la Policía Nacional en Toledo, quien defiende la «repercusión» positiva que el buen hacer de este millar largo de empleados tiene para la seguridad colectiva.
Los vigilantes de seguridad privada abundan en los ámbitos bancario, industrial y en las grandes extensiones agropecuarias. En el caso de la Policía Nacional, un cuerpo de eminente carácter urbano, el trabajo que realizan estas empresas les «permite llegar a todos los puntos de una ciudad, a todas las empresas». San Román subraya la importancia de la «colaboración» para ofrecer un servicio más completo al ciudadano.
«Los vigilantes, muy bien dirigidos por sus directores y jefes de seguridad, nos ayudan y nos facilitan el trabajo», añade el responsable policial. «Sin su ayuda, sin su información, sin su colaboración, muchos de los hechos delictivos que se producen serían más difíciles de resolver». Desde la Policía Nacional se aplaude una labor eficaz tanto «en la parte preventiva» como en el proceso posterior a la comisión del hecho delictivo, «cuando nos tienen que facilitar imágenes o cuando nos llaman para que enviemos alguna dotación policial».
El desempeño profesional en el ámbito de la seguridad privada carga con un cierto estigma por la consideración -errónea- de que se trata de un puesto para el que se requiere poca formación y que tienden a ocupar perfiles que encontrarían un difícil acomodo en otros campos laborales. Los fastos por el Día de la Seguridad Privada «estimulan a un personal que a veces no está bien considerado y estimado», apunta el comisario San Román. Durante el acto principal de la celebración del Día de la Seguridad Privada, un evento que se lleva celebrando diez años, se han entregado 31 menciones honoríficas, de la que cinco han recaído en directores, tres en jefes de seguridad, 22 en vigilantes y una más a un guarda de campo.
VIGILANTES DISTINGUIDOS. Las tres decenas de condecoraciones entregadas «reconocen» el trabajo de otros tantos encargados de seguridad en diferentes empresas en la provincia. El premio «recompensa» diferentes actuaciones de mérito e impulsa al conjunto de empleados en estas actividades a mantener su compromiso en favor de la seguridad. Fabían Maestro es uno de los galardonados. Acumula quince años de trabajo en la seguridad privada y desempeña su labor en el Palacio de Fuensalida, sede de la presidencia de la comunidad autónoma. La Policía Nacional ha reconocido honoríficamente «una intervención con la que evitamos el robo en vehículos» en las inmediaciones del histórico edificio. La actuación de Maestro ayudó a la detención del sospechoso -posteriormente, culpable. Por su parte, Janeth Cadavid evitó «un acto de intrusión» en la nave que la empresa de logística DHL tiene en los desarrollos industriales de Illescas.
LOGO DEL BICENTENARIO. La Policía Nacional celebrará su segundo centenario en 2024. El logo conmemorativo incluye referencias al emblema de la institución, los años que cumple y la bandera nacional.
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