Como si de una partida de ajedrez se tratara, es el trato discriminatorio que reciben los profesionales de seguridad privada, tanto por parte de las empresas de seguridad, como de las propias Administraciones Públicas y sindicatos, son meros peones de ajedrez movidos al antojo de éstos, según les interese.Estos profesionales lo tienen muy complicado, ya que sin querer, se ven realizando funciones en el ámbito público sin ellos haberlo pedido. Pero si observáramos desde un punto estratégico los servicios tan importantes que aportan a la seguridad de nuestro país, otro gallo cantaría. Es cierto que, esperábamos de los políticos que gobiernan ésto y mucho más, viendo la forma de actuar que han mostrado con nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, donde carecen de valor y respeto y son discriminados. Si no es así que expliquen el motivo por el que cerca de doscientos agentes de la Guardia Civil se tienen que ir de Navarra, para dejar sus competencias en manos de policías autonómicas. Estas son las formas de actuar y maniobrar por parte del Gobierno. ¿Es esta la hoja de ruta que pretenden llevar para conseguir un mapa de competencias a nivel estatal para coordinar a todas nuestras Policías?
Poco o nada nos tiene que sorprender, ya que las agresiones que sufren estos agentes de Seguridad Privada son a diario en servicios como Renfe y Metro. Estos mismos servicios que salen a concurso y donde lo que prima es la oferta más barata y donde la prevención de riesgos laborales de estos profesionales, así como la dotación que se les da para proteger tanto a los bienes como a las personas o usuarios de estos servicios, son arcaicas. Es la propia Administración quien es la responsable de sacar a concurso éste y otros servicios, pero queda demostrado que les da exactamente igual la suerte que corran estos agentes y hasta la de los propios usuarios. Sin ir más lejos y a los hechos me remito, la última agresión que sufrió un vigilante de seguridad en Renfe que fue apedreado. El agredido coge su baja laboral por agresión en su puesto de trabajo, la empresa envía a otro agente y la Administración mira hacia otro lado. Todos ganan, excepto el trabajador agredido que, se queda en casa, percibiendo una miseria a la espera de recuperarse y volver de nuevo al caos en el que se ve envuelto a diario, sin que nadie haga nada por evitarlo. Este, es un ejemplo de los cientos y cientos que hay cada año, sin contar las muertes.
Pero hay una pregunta que es de recibo hacerla, ¿El Reglamento de Seguridad, para cuando piensan darle el visto bueno? es obvio que no es de interés alguno que salga, y es que esta parcela de la Seguridad Privada parece no interesarle a nadie, pero bien que se están enriqueciendo muchos a costa de ella. Son los políticos los mismos que, apoyan a este sector cuando les viene bien y cuando no es así, atacan sin contemplaciones con comentarios: "no aportan nada a esta sociedad, solo gastos".
Por último, no quiero olvidarme de los grandes sindicatos, esos que colaboraron con la reforma laboral, que tanto daño han hecho a los trabajadores. Ahora se les ocurre hacer una huelga, queriendo hacer ver que este sector les importa. No se les cae la cara de vergüenza al ver como todos los días apalean a estos agentes de seguridad y ellos sentados en sus despachos haciendo oídos sordos desde siempre. Si realmente quieren hacer algo por este sector, deberían luchar para que haya una jubilación anticipada y exigir a las empresas una segunda actividad y personas con una cierta edad que pasen a servicios más tranquilos, por su seguridad. Así como contemplar el concepto de realizar los servicios de seguridad en parejas.
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