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28 de enero de 2019

ALBACETE: La vigilancia frena el vandalismo en la Vía Verde

Un guarda rural y un operario de mantenimiento hacen unas 20 rondas al día por el trayecto de 75 kilómetros

Maderas de las talanqueras robadas, señales en el suelo, bancos que desaparecen de la noche a la mañana o pinos derribados por arados que se aproximan demasiado. Son algunos de los daños que con más frecuencia de la que sería deseable se encuentran los vigilantes de los 75 kilómetros de Vía Verde que mantiene la Diputación de Albacete, el tramo que conecta desde Casas Viejas hasta Alcaraz y al que en breve se añadirán otros 20 kilómetros entre la estación de Reolid y el límite con la provincia de Jaén.

Mantener esta red de camino natural habilitado sobre el antiguo trazado del ferrocarril Baeza-Utiel supone un esfuerzo considerable para la administración, tanto por los desperfectos propios del uso y el paso del tiempo, como por los daños intencionados que se detectan en el trazado. «Siempre hemos tenido un servicio de vigilancia, pero hace poco más de un año decidimos ampliar el contrato precisamente por los actos vandálicos que estábamos teniendo», indicó Antonio Rodríguez, el técnico de la Diputación que se supervisa el buen estado de esta infraestructura que conecta Albacete capital con el Santuario de Cortes. 

Un guarda rural vigila que todo esté en su sitio y un operario de mantenimiento realiza a diario trabajos de reparación. Entre los dos, se realizan entre 20 y 25 rondas diarias por la Vía Verde a Alcaraz, «sobre todo en fin de semana, el guarda rural siempre está pendiente», advirtió el técnico. Con este incremento de vigilancia se ha conseguido rebajar en parte los incidentes.  Pero sigue habiéndolos. Sin ir más lejos, hace una semana el guarda se encontró con que el muro de protección del paso elevado que cruza la Vía Verde entre La Venta y Santa Ana, junto al área de recreo, había sido derribado al parecer por la colisión de algún vehículo, con el riesgo que conlleva para los usuarios por la altitud del lugar. Se dio parte a la Guardia Civil.

En esta ocasión sospechan que fue un accidente, pero otras veces los daños son intencionados. Hace unos meses, por ejemplo, robaron bancos y papeleras del área de recreo de El Cubillo. El rollizo de las talanqueras también es sustraido con demasiado frecuencia, «unas veces las vallas solo tienen como misión delimitar, pero otras veces se colocan por seguridad en los taludes y quitarlas puede poner en peligro a los usuarios», advierten.

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