El secretario de la Federación de Servicios de Movilidad y Consumo (FeSMC) de UGT Melilla, José Luis Faus, aseguró que los problemas en el centro de atención de menores extranjeros no acompañados (menas) de La Purísima continúan para los vigilantes de seguridad. Denunció que estos profesionales tienen una “inseguridad muy grande, tanto a nivel jurídica como personal”.
En este sentido, Faus explicó que los menores tienen un régimen muy específico que les protege y remarcó que la Ley del Menor “desprotege” al trabajador que está con estos jóvenes cuando cometen algún tipo de falta o protagonizan un suceso de menor o mayor gravedad. Al margen de esa inseguridad que UGT subraya que hay en este colectivo de profesionales de la seguridad privada frente a terminadas actitudes de los menores acogidos en centro, está la falta de personal en La Purísima.
El sindicalista argumentó que la Consejería de Bienestar Social se ha comprometido a que se va a ampliar el número de vigilantes en este centro lo antes posible. Sin embargo, ese refuerzo de profesionales no se termina de producir y no cesa el incremento de niños y jóvenes que residen en estas instalaciones.
Plantilla insuficiente El sindicato subrayó que el número actual de vigilantes de seguridad es insuficiente para mantener ese control a la entrada y salida del recinto y realizar otras tareas encomendadas.“Si algún día pasa algo grave, no nos echemos las manos a la cabeza”, afirmó Faus, que insistió en la falta de personal para estas instalaciones. De hecho, para el secretario de FeSMC de UGT de Melilla, la solución para evitar esa desprotección personal y jurídica pasa también por aumentar el número de vigilantes en La Purísima.
En el último año se han producido varios incidentes en los que los vigilantes han salido heridos. En julio un menor lanzó un bote de pintura de 25 litros a un vigilante tras una discusión; una semana antes hubo un menor herid con una botella rota y también se produjo un presunto apuñalamiento de un trabajador a un joven del centro. De hecho, cuando se registraron estos sucesos, el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, indicó que si en un hogar hay peleas entre adolescentes, también es inevitable en un centro con un gran número de chicos en esas edades complejas.
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