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28 de abril de 2021

Vigilantes de seguridad ven "prácticamente imposible" que se colaran los tres sobres con balas

El Sindicato Trabajadores de Seguridad ve "raro" que se produjeran tres fallos "con las mismas características" y defiende que, por el sello que aparecía en el reverso, las cartas debieron quedar en la oficina de Correos hasta que se presentara el remitente

Vigilantes de seguridad consideran «prácticamente imposible» que se colaran los tres sobres con balas que tenían como destinatarios al ministro Grande-Marlaska, al ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y a la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, y ven «raro» que se produjeran tres fallos «con las mismas características» en el sistema de Correos.

El Sindicato Trabajadores de Seguridad en Andalucía (STS-A) defiende que los envíos «jamás» debieron de haber llegado a su destino y que tendrían que haber sido devueltos atendiendo al sello que exhibían los sobres en su reverso: «a su procedencia», marchamo que se estampa cuando se devuelve a origen una carta. «Deberían quedar en la oficina de Correos hasta la presentación de su remitente y, en caso contrario, proceder a su destrucción pasado un tiempo, como establece la legislación vigente», explica.

La organización sale así en defensa del vigilante de seguridad señalado por no haber detectado la carta con los proyectiles en su interior y pide a Correos que abra una investigación en lugar de acusar, «a la ligera» y de forma «indiscriminada», al profesional de la seguridad que se encontraba de servicio en aquel momento. El sindicato recuerda que cuando una carta lleva el sello con la leyenda «a su procedencia» se pueden conocer los «motivos de la devolución», sin que hayan trascendido los mismo hasta el momento. La Policía Nacional continúa con la investigación para conocer quién puede estar detrás de esos envíos, que han marcado definitivamente el desarrollo de la campaña electoral del 4-M.

El STS-A describe otras incógnitas que planean sobre estas amenazas a políticos. Así, recuerda que los escáneres utilizados por Correos están dotados de un sistema que avisa de la existencia de un elemento metálico para que sea el vigilante el que proceda a su exploración y que los sobres debieron pasar por dicho equipo de revisión con una cierta «distancia en espacio y tiempo» porque son centenares a diario los que se despachan, circunstancia que -a su juicio- «aumenta la rareza del caso».

«Jamás se había dado un caso de este tipo» «El trabajo de los vigilantes de seguridad en el control de paquetería es excelente, denunciando y evitando el tráfico de objetos y sustancias ilegales a diario, gracias a lo cual la red de correo de España puede considerarse segura. Jamás se había dado un caso de este tipo tras la implantación de este servicio de seguridad en la época de ETA», añade. Por ello, el sindicato insiste en que es «cuanto menos sospechoso» que se colaran tres sobres «con las mismas características» a la vista de la inexistencia de precedentes y denuncia que Correos «no para su actividad si los escáneres están averiados».

Después de recuperar las imágenes grabadas en sus equipos de inspección, instalados en el Centro de Tratamiento Automatizado de Madrid (Vallecas), la empresa pública asegura que se ha comprobado que los sobres dirigidos a Grande-Marlaska, Iglesias y Gámez fueron matasellados e inspeccionados el pasado 19 de abril a las 17.48 horas, sin que el operador de servicio los detectara. Correos ha notificado la apertura de un expediente y el apercibimiento «más severo» por el incumplimiento en el que se ha incurrido y por «el daño a la imagen, al prestigio y al buen nombre» que le ha supuesto.

Con todo, el STS-A entiende que la dirección de Correos ha acusado al vigilante de seguridad que se encontraba de servicio aquel día «sin iniciar investigación ni audiencia previa», por lo que anuncia que se reserva las acciones judiciales en defensa de los derechos e intereses del colectivo.

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