Ombuds Seguridad registró unos ingresos de 140 millones de euros en el primer semestre de 2017, lo que supone un aumento del 20% con respecto al mismo periodo del año anterior, según ha informado en un comunicado.
Los hitos más importantes en los primeros seis meses del año han sido la adjudicación de los contratos de la seguridad física de Metro de Madrid y de Renfe en Cataluña, así como de 15 centros comerciales. Estos nuevos contratos aglutinan a más de 500 vigilantes de seguridad y representan una facturación anual adicional de 25 millones de euros.
La compañía prevé cerrar el año con una facturación de 300 millones de euros y un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 17 millones de euros, lo que supondría un 20% más que en 2016. JZI y Carlyle, inversores de referencia de la compañía, y la familia Cortina respaldan el crecimiento orgánico de Ombuds Seguridad y prevén su inmediata internacionalización con la implantación en el mercado portugués. En esta línea, la empresa ha formalizado la fusión por absorción de Castellana de Seguridad (Casesa) y esta preparando nuevas operaciones corporativas.
El consejero delegado de Ombuds Seguridad, Rodrigo Cortina, ha destacado su modelo de empresa de seguridad privada "con ausencia de deuda, desde el aumento de márgenes, solo con contratos rentables y aplicando un total y absoluto respeto al convenio sectorial para preservar y potenciar el rol social y económico del sector". Desde el pasado mes de julio, la compañía cuenta también con un 'factoring' sindicado de 60 millones de Bankia, CaixaBank, Santander y Popular que "asegura la liquidez para sustentar el plan estratégico de expansión de Ombuds, con recursos propios y sin necesidad de recurrir al endeudamiento externo".
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