David Álvarez y sus siete hijos. Maria José, ahora al frente de la compañía, la primera por la izquierda en la fila inferior
Eulen, la empresa que emplea a los 360 trabajadores de los controles de seguridad del Aeropuerto de Barcelona que están en huelga, está en el centro de todos los focos. Junto a los empleados, son las dos partes que deberán solucionar el conflicto para que los pasajeros no acaben pagando las desavenencias. Según el portal web de la empresa, emplea a 86.206 empleados a nivel mundial, 47.538 en España, el 55%. Desde 2004 ha ganado 35.000 empleados. “Somos la primera empresa española en inserción de personas con discapacidad”, saca pecho. Se presenta como una empresa que apuesta por la formación de sus empleados, por la conciliación de su vida laboral y familiar y por la integración de inmigrantes y discapacitados.
De limpieza a telemárketing Además de en seguridad trabaja en limpieza, mantenimiento, consultoría, jardinería, servicios logísticos o telemárketing. Especializada en externalizaciones, con sus operaciones toca sectores como el sanitario, el farmacéutico, la banca, el energético, el transporte o el comercio. Toda una multiservicios. Según la empresa, al externalizar servicios, como en El Prat, se da un “ahorro de costes y mejora de la calidad de sus servicios”. Eulen Seguridad, la concesionaria de la seguridad de El Prat y otra veintena de aeropuertos españoles, surgió en 1974. Se autodefine como “decana de la seguridad privada en España, especialista en vigilancia y protección y que ocupa uno de los primeros puestos en el ranking del sector”. “La formación y la selección son dos aspectos en los que EULEN Seguridad incide especialmente con el objetivo de tener en su plantilla los mejores profesionales”, se sigue. Este punto es fuertemente cuestionado por los huelguistas, que afirman que los nuevos empleados no tienen la formación adecuada.
Un grupo mundial En general, Eulen cuenta con presencia en Chile, con más de 10.000 empleados, México, Perú, Estados Unidos, Colombia, Portugal, República Dominicana, Panamá, Costa Rica, Jamaica y en diversos países árabes. Una red que le permite facturar 1.500 millones de euros a nivel mundial. Una actividad rodeada de polémicas y diversas protestas de los trabajadores, que se quejan de unas retribuciones bajas y de que la empresa se hace con contratos a precios de derribo y siempre perjudicando al asalariado.
La guerra familiar de Eulen Eulen fue fundada por el empresario leonés David Álvarez Díez. Tiene su origen en Central de Limpiezas El Sol, constituida en 1962. La firma fue creciendo y expandiéndose año tras año. Álvarez también fundó El Enebro, sociedad patrimonial con la que controlaba Vega Sicilia. Su muerte, en 2015, avivó la guerra familiar por la sucesión del grupo. Padre de siete hijos, cinco de ellos –Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo- ya se enfrentaban desde 2009 por la toma del control mientras vivía, después de que se casara con su secretaria, casi cuarenta años menor. Intentaron sacarlo del mando de Eulen haciendo uso de sus acciones y votos en los organismos de control, algo que resultó infructífero.
Álvarez maniobró para evitar una guerra familiar y constituyó junto a su hija María José –que lo apoyaba junto a su otro hijo Jesús- una sociedad para controlar el 60% de la compañía y así frenar a los demás vástagos. Finalmente, María José quedó al frente del grupo, tal y como se recogía en el testamento. Un albacea se encargó de que se cumpliera la voluntad. La empresa ha sido investigada en Galicia por el posible trato de favor en contratos de la Xunta de Galicía, con Alberto Núñez Feijóo al frente. Micaela Núñez Feijóo, su hermana, era apoderada de diversas empresas del grupo.
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