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El ‘asedio’ ha concluido. La veintena de inmigrantes que quedaba en las instalaciones deportivas de Lepe ha sido desalojada esta mañana por personal de la empresa de seguridad privada que se encargaba de su ‘vigilancia’ desde que el pasado 15 de octubre ardiera el campamento donde permanecían desde hace años.
La Asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad, Asnuci, ha denunciado que todo estaba preparado para esta misma mañana, aprovechando la jornada electoral. Al final, señala Asnuci, no se le han ofrecido alternativas aceptables a un colectivo que busca desesperadamente un lugar donde resguardarse. Más bien los querían enviar lejos de Lepe sin más, subrayan. Para Asnuci, ha llegado el momento de que los empresarios del campo que “se aprovechan” de estas personas hagan algo por ellas y se impliquen en su alojamiento. Para Asnuci, es vox pópuli que hay trabajadores de la fresa que son contratados sin el más mínimo control, aprovechando las circunstancias en las que viven, de máxima precariedad y miseria.
Para Asnuci, resulta paradójico que “hoy, precisamente hoy, 10N, cuando el foco de todo el país está centrado en un resorte tan importante para la Democracia, como son unas elecciones al Parlamento, acaban de echar a la calle a 30 personas inmigrantes del estadio de fútbol de Lepe, sin ninguna alternativa”. Asnuci ha explicado en su perfil de Facebook que en el campo de fútbol se refugiaban bajo un techo, desde hace más de dos semanas, las últimas personas de un numeroso grupo de más de 250 afectados por el último y definitivo fuego que arrasó el asentamiento más grande de la provincia de Huelva y que daba cobijo a un millar de personas en temporada alta de frutos rojos. “Total, ellos no votan. Pero sí trabajan y contribuyen a la riqueza de nuestra sociedad. Pero no votan”, clama Asnuci.
La Asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad también ha preguntado en voz alta por las investigaciones de las causas de un incendio que ha provocado toda esta situación. Un fuego que lo arrasó todo y que siguió a otro incendio. Y añade que muy pocas horas después, las chabolas que habían sobrevivido a las llamas estaban destruidas, arrasadas y el lugar vallado. Por su parte, desde el Ayuntamiento de Lepe se ha negado que haya cursado orden de desalojo alguna.
Pero desde Asnuci entienden lo contrario. Y recuerdan que primero se les cortaron las duchas y luego solo disponían de un inodoro y un lavabo para acceder a lo más necesario, el agua y el aseo. Los víveres se los han estado llevando las organizaciones de ayuda a los inmigrantes y sus propios compañeros de la zona. Ahora queda por ver qué pasará cuando vayan llegando a Lepe, Cartaya y otros pueblos vecinos los miles de inmigrantes que cada año acuden a trabajar en los campos agrícolas de la comarca.
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