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Un agente tuvo que abalanzarse para evitar la agresión en el depósito municipal
La trifulca se produjo, indicaron fuentes cercanas al caso, la semana pasada en torno a las 12:00. Un vigilante de seguridad alertaba a la Sala del 092 de la Policía Local del estado de agresividad en el que se encontraba un hombre de 29 años, que supuestamente le había amenazado e insultado. Según su versión, peligraba la integridad física del resto de los trabajadores.
Había denunciado un robo del interior de su coche, un Audi Q2 que se encontraba estacionado en el depósito municipal de vehículos de Marbella, y acabó detenido por un presunto delito de atentado a agente de la autoridad después de haber amenazado, presuntamente, a unos policías con un cuchillo de sierra y 13 centímetros de hoja. Una patrulla acudió hasta el lugar para comprobar los hechos. Las mismas fuentes informaron de que el ahora arrestado comenzó, supuestamente, a amenazar de muerte a los efectivos que actuaban, mientras que, según la versión policial, se pasaba su dedo índice por el cuello y levantaba los puños. Asimismo, abrió el maletero de su vehículo y cogió un cuchillo. El policía tuvo que abalanzarse sobre el presunto agresor a fin de evitar que hiciera uso del arma. Dada la resistencia que opuso cuando iba a ser arrestado y como consecuencia de un forcejeo que se produjo entre ambas partes, los dos agentes cayeron al suelo y sufrieron distintas contusiones, aunque ninguna de especial gravedad. Los policías le atribuyen al detenido un supuesto delito de atentado a agente de la autoridad y lesiones.
Hace un par de semanas, la Policía Local de Marbella detuvo también a una mujer que circulaba sin permiso de conducir. Tampoco disponía de seguro y la ITV del vehículo que conducía estaba caducada. Había bebido. La joven, de 21 años, terminó estrellando el coche frente a la Comisaría de la Policía Nacional de Marbella, en la rotonda que homenajea a las víctimas del terrorismo. Fue detenida por un presunto delito de atentado a agente de la autoridad tras haber arañado e insultado, supuestamente, al policía local que la había denunciado, entre otros, por ir al volante bajo los efectos del alcohol. Aunque la mujer quedó en libertad el mismo día en que ocurrieron los hechos tras prestar declaración, ahora se enfrenta a una sanción económica. También tendrá que asumir los daños causados al mobiliario público al carecer el vehículo de seguro.
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