Desde el Sindicato Profesional de Vigilantes SPV se hace un llamamiento a las autoridades públicas y a la sociedad en su conjunto para que tomen conciencia de la labor que desarrollan en España los profesionales de la seguridad privada, en muchas ocasiones en circunstancias precarias, expuestos permanentemente a las agresiones, sin los medios técnicos y normativos necesarios para llevar adelante sus funciones con unas mínimas garantías.
NORMALIZACIÓN DE LA AGRESIONES: SPV considera que se han normalizado las agresiones que a diario sufren los vigilantes de seguridad. Clientes, empresas de seguridad y autoridades públicas ya ven como algo usual que un agente de seguridad privado sea objeto de continuas vejaciones, insultos y brutales palizas los centros hospitalarios, en la red de transporte público, en los centros comerciales o en tantos otros establecimientos privados o públicos donde se contratan los servicios de una empresa de seguridad.
RIESGOS INNECESARIOS SPV se solidariza con todos los profesionales del sector de la seguridad privada que sufren agresiones en el ejercicio de su trabajo. Aún sabiendo a los riesgos a los que se expone un vigilante de seguridad cuando está de servicio, consideramos que se deben tomar todas las medidas necesarias para que esto no ocurra, ya que en muchos casos estas situaciones son evitables y estos riesgos son innecesarios. Seguiremos denunciando a destajo que una paliza no debe de formar del día a día de nuestro profesión.
APOYO Y RECONOCIMIENTO Desde SPV Todo nuestro apoyo a los compañeros y compañeras de Grupo Control tras el incidente producido en el centro Comercial Bahía Sur en San Fernando, donde los vigilantes de seguridad fueron brutalmente agredidos mientras cumplían con sus obligaciones, con la actitud impasible de una ciudadanía que considera que no es asunto suyo meterse en ese fregado, y que se limitan a grabar con morbo estas situaciones para uso y disfrute de las redes sociales. Como este episodio de Cádiz ocurren a diario otros por todo el territorio nacional, y son un claro exponente del momento tan crítico por el que pasa el colectivo de trabajadores de la seguridad privada.
LAS PALABRAS NO BASTAN SPV entiende y comparte el hastío y la falta de confianza que tienen muchos de los trabajadores hacia las empresas del sector y las autoridades públicas, que cada mes de mayo se llenan de palabras de reconocimientos y elogios hacía los vigilantes de seguridad en las distintas celebraciones de Día de la Seguridad Privada, pero que no se concretan en ningún avance. Las palabras no bastan y lo que necesita el sector es una fuerte renovación normativa dirigida especialmente a la protección de los profesionales que se juegan a diario el pellejo por llevarse un corto salario a sus casas.
EL VALOR DEL VIGILANTE DE SEGURIDAD Las empresas de seguridad se empeñan en vender a bombo y platillo que el futuro del sector de la seguridad privada pasa por los avances tecnológicos. Drones, robótica, inteligencia artificial y cámaras de última tecnología forman parte de una carrera sin medida en la que están inmersas las principales empresas del sector. SPV considera que muy pocas veces se subraya que el valor principal del negocio de la seguridad privada sigue estando en la presencia física de los vigilantes de seguridad en las instalaciones a proteger, aunque esto venda menos que poner maquinitas, programas, cámaras y robots. Todos sabemos que, a las primeras de cambio, la tecnología puede fallar, pero que un buen profesional nunca falla.
DESDE SPV SEGUREMOS LUCHANDO EN EL EMPEÑO DE LLAMAR LA ATENCIÓN SOBRE LOS PROBLEMAS Y LAS CARENCIAS QUE TIENEN LOS PROFESIONALES EN SU DÍA A DÍA. AHÍ NOS ENCONTRARÁN SIEMPRE.
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