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4 de mayo de 2022

Securitas reconoce la improcedencia del despido de un vigilante de seguridad destinado en el Decathlon de Camas


Desde estas lineas queremos reconocer la profesionalidad del vigilante de seguridad Adrían Andrade del Villar, compañero que fue injustamente despedido por Securitas Seguridad España S.A. en la delegación de Sevilla, en base a una serie de falsedades y pruebas inexistentes esgrimidas`por esta empresa y ejecutadas por el responsable de la vertical especializada en Retail, el directivo Juan Carlos Llorden.

Denunciamos públicamente que el trabajador fue apartado en su momento del centro comercial Lagoh por unos hechos no ajustados a la realidad y sobre dimensionados. Aunque el trabajador asumió algún error cometido, tenían su justificación, y en ningún caso eran para apartar a un trabajador de su centro de trabajo. De nada sirvieron su trayectoria y las intervenciones destacadas que tuvo Adrián en este centro comercial, donde debido a su celo profesional tuvo un accidente cuando un individuo intentó atropellarlo con su vehículo y en otra ocasión, en el trascurso de una intervención, tuvo que ser atendido por la mutua por una mordedura en el pecho. En el Lagoh dejó un grato recuerdo entre sus compañeros, que siempre lo han tenido por un buen trabajador, que se implicaba y que nunca dejaba tirado a nadie.

En la tienda Decathlon de Camas, se le adjudicaron una serie acusaciones inventadas por el cliente, que intentaban desprestigiar la profesionalidad del trabajador, acusándolo de trabajar sin mascarilla en el interior de la tienda e incluso de abandono del servicio... Todo ello fue rebatido punto por punto en el pliego de descargos realizado tras el expediente abierto, pero de nada sirvió, porque la empresa había tomado la determinación desde el principio de aplicarle un despido disciplinario. Ante la disconformidad del trabajador por el despido, se formalizó papeleta de conciliación en el CMAC, donde se presentó el Sr. Llorden reconociendo la improcedencia del despido y manifestando la imposibilidad de su readmisión, aviniéndose a negociar una indemnización.

Llama la atención que una empresa como Securitas pueda tirar por la borda la vida de un trabajador que no merecía ser despedido, y que no ha cometido ningún acto de tal gravedad como para tomar esta determinación con él. Es sangrante lo fácil que es para una empresa y lo barato que sale despedir a un trabajador a base de mentiras y falsedades, para luego reconocer con una falta total de escrúpulos la improcedencia de un despido en un acto de conciliación, porque evidentemente, no tenían prueba alguna que avalaran las acusaciones que se le han imputado al trabajador.

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