El Museo Arqueológico de Sevilla sigue manteniendo la gestión compartida del servicio de vigilancia tras la contratación de una empresa externa a finales de julio para cubrir las vacantes. Esa fue la medida «de urgencia» que adoptó la Delegación territorial de Cultura de la Junta para poder abrir todas las salas de exposición ante la falta de personal necesario. El acuerdo se mantiene hasta final de este mes, pero los trabajadores temen que sea un paso más hacia la privatización de otro de los servicios.
Fuentes de la plantilla denunciaron ayer a ABC que «la falta de previsión es lo que ha obligado a recurrir a una empresa externa». Ya a la vuelta de las vacaciones continúan en el edificio un técnico y un vigilante de la compañía contratada para controlar la sala de Prehistoria y la salida. Las fuentes consultadas aseguran que «el acuerdo tiene duración hasta el 23 de septiembre, pero nadie ha informado si se prorrogará para cubrir las bajas y las vacantes que queden», pues, según indican, «la relación de puestos de trabajo no ha parado de mermar en estos años» y hay dificultades para cuadrar los turnos.
La «mala organización», a juicio de los trabajadores, ha obligado este verano a realizar cierres parciales de algunas salas e incluso la clausura total durante una jornada de domingo, aduciendo «problemas técnicos». Los empleados recordaron que esta no es la única privatización, «ya perdimos la limpieza, el mantenimiento y la informática y ahora está en juego la seguridad». Ese será uno de los retos que tiene pendiente la nueva directora del Arqueológico, Soledad Gil de los Reyes, quien tomó posesión del cargo el pasado lunes, acompañada por el delegado territorial de Cultura, José Manuel Girela. Los representantes de la plantilla ya han solicitado reuniones con los responsables públicos para analizar la situación y «evitar esa externalización de los servicios». Sin embargo, según indicaron, no han sido cursadas ninguna de las peticiones.
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