La asociación denuncia también que faltan medios para hacer frente a situaciones de tensión
“Si hay un plan de seguridad, me gustaría verlo”. Así contesta José Antonio Carbonell, vicepresidente de Marea Negra, al delegado del Gobierno después de que este asegurara ayer que el número de vigilantes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) se ajusta al plan de seguridad que tiene el centro. Y es que, Carbonell cuestiona que este plan se ajuste a la realidad del centro, que cuenta con un número de residentes muy superior a su capacidad máxima, fijada en 512 plazas.
El vicepresidente de Marea Negra teme que el plan se remita a las 512 plazas estimadas para el CETI y por eso ha pedido en reiteradas ocasiones reunirse con el delegado para hablar sobre la situación. Además, recoge el guante del delegado para presentar un nuevo plan de seguridad pero, advierte, eso tiene “un coste.” Carbonell no es la primera vez que denuncia que estos vigilantes están “desbordados” y que, además, “carecen de material para hacer frente a situaciones de emergencia”. Como ejemplo, cita que en el CETI de Melilla los vigilantes sí tienen material antidisturbios mientras que en Ceuta no.
“Desde esta asociación nos ofrecemos para asesorar, por que no puede haber diez vigilantes para más de 1.200 personas”, insiste Carbonell que, por otro lado, recuerda que ya se incrementó el número de vigilantes a quince cuando el CETI se desbordó tras las últimas avalanchas. Además, desde Marea Negra denuncian que el personal de seguridad se ve por la noche con un enfermero para cubrir todas las incidencias. “Una situación precaria” porque, expone Carbonell, obliga a los vigilantes a tomar decisiones que corresponden a los responsables del CETI. Por eso, piden que se les incluya un suplemento económico para compensar esa responsabilidad.
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