Los vigilantes de seguridad empezaron a custodiar el edificio cuando los agentes de la Policía Local y los técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento se retiraron de las inmediaciones del edificio.
La explosión que se registró en el número 38 de la avenida de Tenor Fleta tuvo un efecto demoledor en tabiques, ventanas, tuberías, falsos techos y cubiertas, pero también en las puertas de muchas viviendas. Algunos pisos de varias plantas del inmueble se quedaron, por lo tanto, abiertos de par en par, lo que generó una importante inquietud en sus propietarios. Para evitar más disgustos de los que ya tuvieron a causa de la deflagración, la comunidad de propietarios y las compañías de seguros acordaron contratar los servicios de una empresa de vigilancia. De esta manera, quisieron evitar el posible pillaje en los pisos que se quedaron sin puertas hasta que estas sean repuestas. Según informaron fuentes cercanas al suceso, los vigilantes de seguridad empezaron a custodiar el edificio cuando los agentes de la Policía Local y los técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento se retiraron de las inmediaciones del edificio.
Reparaciones y seguros Mientras, los vecinos de las casas afectadas comenzaron ya por la tarde a bregar con los peritos de las compañías de seguros para tratar de reparar sus casas cuanto antes y así poder regresar a ellas. Su preocupación, como señaló Santiago Fernández, es que las puertas quedasen cerradas. Ana Fernández, vecina del 7º, logró que un cerrajero le pusiera una cerradura provisional antes de que la Policía le dijera que tenía que desalojar su casa, por lo menos hasta el lunes. La mayoría de los arreglos que tengan que emprender serán de tabiquería, falsos techos y, sobre todo, puertas y ventanas, ya que la onda expansiva las sacó de sus marcos y rompió los cristales.
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