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31 de mayo de 2019

Vigilantes de honor

De izquierda a derecha: Ramiro Camacho, Diego Rodríguez, Blagoyka Todorova y José Sánchez Varela, este viernes en la Jefatura Superior de Policía de Castilla-La ManchaLa Policía Nacional reconoce la labor profesional de un grupo de vigilantes de seguridad por actuaciones meritorias en Toledo y en Talavera de la Reina

Verano de 2014. José Sánchez Varela, vigilante de Vettonia Seguridad, está trabajando en la piscina municipal de Patrocinio, un barrio de Talavera de la Reina. Ve a una madre angustiada que pide ayuda a gritos porque su hijo se asfixia. El chiquillo, de entre 6 y 7 años, se acaba de meter un globo lleno de agua en la boca, lo ha reventado con los dientes y la goma le obstruye la laringe. Cuando José llega, mucha gente rodea al chaval pero nadie actúa. El vigilante intenta abrirle la boca. Imposible. El chaval ya está cianótico. Y José pone en práctica lo que le habían enseñado en los cursos de formación: la maniobra de Heimlich o, lo que es lo mismo, la llamada compresión abdominal. El chaval, al fin, respira.

Aunque este vigilante de 55 años, 10 de ellos en su empresa, apenas se acordaba de la hazaña, el Cuerpo Nacional de Policía no se había olvidado de él. Y este viernes le han entregado una mención honorífica categoría A por aquel servicio vital. José, uniformado, fue uno de los 23 compañeros de profesión que recibieron esa distinción de manos del comisario jefe provincial de Toledo, Ángel Alcázar; del comisario de Talavera de la Reina, José María Delgado, y del subdelegado del Gobierno en Toledo, Carlos Ángel Devia.

También se premió a una exdirectora de una entidad financiera de la capital regional y, a título póstumo, al vigilante Fernando José Rodríguez de Lucas, quien falleció en un accidente de tráfico en 2008. «Tuvo una trayectoria inmejorable», resaltó Devia, quien pidió un aplauso para el homenajeado. Estas menciones de honor, firmadas por el jefe superior de Policía de Castilla-La Mancha, Félix Antolín, no se concedían desde 2013. Y este viernes, seis años después, se retomó la entrega con motivo del Día de la Seguridad Privada, que se celebra realmente el 21 de mayo aunque la fecha es movible según la conveniencia. Se fijó ese día porque conmemora que el rey Carlos I dictó, en 1518, la primera norma de seguridad privada en España, que regulaba la tala y la destrucción de los montes, por lo que se cree que dio origen a la figura del guardabosque.

Entre los galardonados estuvieron también Diego Rodríguez y cinco compañeros de su empresa, de Alerta y Control, por dos actuaciones en 2016. En una de ellas, los vigilantes colaboraron en la detención de un delincuente, Rafael Sanz «el Rafita», quien en un principio huyó del hospital Virgen de la Salud de Toledo. «Estaba en un box de Urgencias, se escapó, salió a la calle y volvió al edificio, que los vigilantes conocíamos perfectamente —explicó Rodríguez a ABC—. Lo detectamos dentro del hospital, gracias a las cámaras de seguridad que revisamos, y fuimos acotando el espacio. Al final, lo encontramos oculto en un falso techo de un baño. Se había cambiado de ropa».

La otra intervención admirable ocurrió a las tres de la madrugada en los alrededores de ese mismo hospital. Un vigilante de Alerta y Control salió a realizar una ronda, encontró a una persona convulsionando y avisó inmediatamente a los médicos.

Tentativa de suicidio En otro hospital de Toledo, la actuación de Ramiro Camacho, de Vitten Seguridad, permitió rescatar a una mujer que pretendía suicidarse. Ocurrió en el Hospital Nacional de Parapléjicos el pasado año. «Nos avisó una tía de una paciente de que no encontraba a su sobrina, por lo que activamos un protocolo de búsqueda —relató Camacho antes de recoger su mención—. Llegamos a la zona del río Tajo, en el embarcadero, donde había un familiar de otro paciente que había escuchado gritos de la chica. Ella dejó la silla de ruedas y estaba en el agua. Se avisó al 112. En unos 4 o 5 minutos se presentaron bomberos, policías nacionales y locales,. La rescataron».

Otra galardonada fue la búlgara Blagoyka Todorova, del Grupo Fissa. Trabaja en la sede de la Diputación de Toledo. Hace dos años, a las tres de la madrugada, observó durante cinco minutos a dos individuos que cortaban y apilaban plomo que cubría la escalera mecánica próxima. Avisó a la Policía y la pareja de delincuentes fue detenida con material valorado en 12.000 euros. También recogió su diploma un vigilante que en el centro comercial Luz del Tajo de Toledo localizó, identificó y retuvo, hasta que llegó la Policía Nacional, a dos ladrones que habían susfraídos efectos por un valor de 3.000 euros. Ocurrió el pasado mes de abril.

En su alocución, el comisario Alcázar alabó la «insustituible colaboración de los profesionales de la seguridad privada», a los que agradeció su «indispensable» labor en beneficio de la seguridad común. «La Policía Nacional siempre apoyará su excelente trabajo», afirmó Alcázar, quien se comprometió a seguir combatiendo el intrusismo. No obstante, llamó la atención a los contratantes de las alarmas de seguridad, ya que, de los 880 avisos recibidos en la Comisaría Provincial de Toledo el pasado año, solo 211 fueron reales. Los 669 avisos falsos se debieron, en un gran número, al olvido de los clientes. Pero esto ya es otra historia. Este viernes fue el día de las «merecidas menciones honoríficas», como recalcó el comisario.

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