La compañía cae a doble dígito en bolsa y sigue golpeada por las divisas de los emergentes. Sin embargo, una larga lista de gestoras independientes de renombre la tienen en cartera. ¿Por qué?
Prosegur no levanta cabeza en bolsa. La compañía de seguridad sigue cayendo en los mercados a doble dígito, reflejo de unos resultados que continúan a la baja trimestre tras trimestre. Sin embargo, gran parte de las gestoras más reconocidas del panorama español la tienen en sus carteras. ¿Qué han visto ellas que las bolsas ignoran? La empresa dirigida por los Gut Revoredo, con Helena Revoredo en la presidencia y Christian Gut como consejero delegado, acumula un descalabro del 28% en los últimos cinco años y del 15% solo en 2019. Y otro tanto para su división de dinero: Prosegur Cash cae un 18% desde que debutó en los mercados en marzo de 2017 y pierde un 15% en lo que va de año.
No en vano, los resultados dejan que desear. A cierre del primer trimestre de 2019, Prosegur obtuvo un beneficio neto de 30 millones de euros; un 51,8% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Las ventas también cayeron (un 1,5%), aunque la empresa resalta que esto se debe al impacto del tipo de cambio: si se analizan los ingresos en la moneda local, el negocio de Cash gana un 15% más en el trimestre, el de Seguridad, un 9,4% y el de Alerta, un 5,3%. Y es que en todo esto hay que tener en cuenta que América Latina supone más de la mitad del negocio tanto de Prosegur como de la filial de transporte de dinero..
“La evolución en bolsa de Prosegur está siendo lastrada por la depreciación de las divisas argentina y brasileña, lo cual resiente la cifra de ingresos y de flujo de caja”, explican desde el Departamento de Análisis de Bankinter. “Nuestra opinión es que la buena marcha de la empresa en sus mercados es sólida pero que esta evolución no se va a trasladar a una mejora de la cotización hasta que las divisas de Argentina y Brasil se estabilicen”. Mientras tanto, las gestoras hacen sus apuestas: la de Francisco García Paramés, Cobas; el publicitado fondo de Lola Solana, Santander Small Caps; la sicav de Alicia Koplowitz, Morinvest; la entidad de Iván Martín, Magallanes; la liderada por Álvaro Guzmán y Fernando Bernad, AzValor… todas tienen a Prosegur en sus carteras.
Entre las gestoras consultadas, estas resaltan que el atractivo general de Prosegur es que se trata de una empresa líder en los sectores en los que se encuentra, con una marca potente (especialmente importante en el sector de la seguridad, donde la fiabilidad es clave) y con un equipo gestor que tiene un sólido componente de ‘skin in the game’, ya que Revoredo es dueña de más del 50% de la empresa.
Prosegur Cash Desde Cobas, ven irracional la penalización que sufre la empresa por el tipo de cambio: “El mercado olvida que una devaluación genera inflación y que Prosegur puede trasladar esta inflación (más rápido o más lento) a sus clientes, compensando parcialmente la devaluación de la moneda”. Además, en semejante entorno económico, Cobas percibe una velocidad mayor de la circulación de dinero entre los clientes, un factor especialmente interesante para Prosegur Cash, unidad en la que Cobas también está invertido. Y es que la filial de logística y transporte de efectivo es clave para Prosegur—sobre todo teniendo en cuenta que sus ingresos suponen el 43% del total de las ventas del grupo—. Según el Departamento de Análisis de Sabadell, en un sector en el que la economía de escala es a vida o muerte (por todo el gasto de personal y facilidades), Cash es la segunda del mercado con una cuota del 14%, en un negocio en el que apenas cinco compañías ocupan más del 60% de la tarta a nivel mundial (es decir, con unas barreras de entrada inamovibles). A Prosegur Cash solo la supera Brinks (cuota del 20%), y la siguen Loomis, G4S y Garda.
En este contexto, las gestoras aplauden la buena generación de caja de la filial y sus elevados márgenes, con los analistas de Sabadell destacando que “el negocio de Cash es el más rentable del sector de seguridad”. ¿Qué perspectivas de futuro tiene? Los países emergentes son la principal área de crecimiento para Prosegur Cash. “Las dinámicas macro tienen una influencia acusada en la evolución de los ingresos de la compañía, especialmente en los países emergentes, tanto en lo que respecta al crecimiento económico (i.e., aumento de la renta disponible), alta inflación (que aumenta el atractivo del efectivo frente a otros medios de pago y además se traslada al cliente vía mayores precios) y tipos de interés (los tipos altos motivan una aceleración de circulación de efectivo de los establecimientos a los bancos para aprovechar las altas rentabilidades en depósitos)”, explican desde el banco Sabadell.
Para seguir creciendo, los expertos también avanzan fusiones, para reforzar la economía de escala. “La política de adquisiciones es un eje central en la estrategia de Prosegur Cash”, explican los analistas del banco catalán. “Al menos un 30% de este negocio está en manos de pequeñas compañías que pueden ser adquiridas por Cash, y en este negocio la clave para mejorar el margen EBIT está en aumentar las cuotas de mercado”. Asimismo, la compañía se ha planteado hacer adquisiciones anuales por un valor de 50-150 millones de euros (hasta un 4% de la capitalización), según avanzó la empresa con ocasión de su salida a bolsa en 2017. Más allá del riesgo por la depreciación de las divisas (que supone un golpe a corto y medio plazo que los expertos creen que Prosegur podrá compensar mediante los precios a los clientes), una de las posibles incógnitas a largo plazo es el uso del dinero en efectivo como medio de pago. Desde Magallanes, tachan de insensatos a aquellos que creen que el dinero físico es un activo en decadencia: “En realidad, la cantidad de dinero en circulación sigue creciendo todos los años en todos los países: Zona Euro (+7%), EEUU (5%), UK (+6%) y mucho más en países emergentes como Brasil (+14%), donde Prosegur tiene una fuerte exposición”, zanja Magallanes, citando datos de la propia Prosegur.
Una cosa es el efectivo en circulación, que también viene condicionada por el crecimiento del PIB (por ejemplo, según un estudio global del competidor G4S, en el caso de Brasil, si se divide el auge del efectivo en circulación entre el crecimiento del PIB, se aprecia que el resultado se ha estado estancando en los últimos años) y otras dinámicas macroeconómicas (como el dinero como opción de ahorro según el entorno de los tipos de interés, el balance de entrada y salida de billetes en el país, etc.). Sin embargo, otra cosa distinta es el uso de billetes como método de transacción frente a los pagos electrónicos o con tarjeta.
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