En una decisión rotunda y unánime, los trabajadores de los controles de seguridad del aeropuerto de El Prat acordaron ayer la convocatoria de una nueva huelga que empezará en las instalaciones el próximo viernes 6 de octubre.
La nueva exigencia de los huelguistas es que se cumpla el laudo obligatorio publicado la semana anterior. «Aunque no queremos este laudo, sí pedimos que se cumpla porque es lo que se nos ha prometido», afirmó el asesor del comité de huelga de los vigilantes de Eulen en El Prat, Juan Carlos Giménez. «Nuestra situación es ahora peor que cuando empezamos», añadió. La plantilla considera que el laudo arbitral empeora las condiciones de la propuesta acordada por el gestor aeroportuario Aena, el Departamento de Trabajo de la Generalitat y la dirección de Eulen. «No nos gusta nada pero exigimos su cumplimiento porque estamos mucho más presionados que hace dos meses, sin prácticamente poder ausentarnos tres minutos para ir al baño», explicó un empleado.
Con esta segunda oleada de paros, los trabajadores de la concesionaria Eulen denuncian que sus actuales condiciones de trabajo, impuestas por un árbitro designado por el Gobierno, han empeorado respecto a las que los llevó a iniciar, el pasado 24 de julio, el conflicto laboral que sumió El Prat en el caos, con largas esperas de pasajeros durante 20 días, hasta que la Guardia Civil tomó el control de los filtros. Giménez admitió que «es increíble» que los trabajadores exijan el cumplimiento de un laudo obligatorio contra el que ayer votaron unánimemente los 115 asistentes a una asamblea que terminó a las 18.00 horas en un equipamiento municipal de El Prat de Llobregat. «Queremos que se cumpla aquello que no queremos pero que es a lo único a lo que nos podemos acoger y que no se está cumpliendo», manifestó Giménez al término de una asamblea en la que los empleados denunciaron que su día a día es hoy «mucho peor» que al inicio de las movilizaciones.
Con idéntica unidad, la plantilla secundó una nueva huelga en protesta contra el «incumplimiento» de todos los puntos del laudo, en concreto con los que garantizan pausas para comer o para ir al lavabo durante su jornada laboral. Con un mes por delante para la anunciada huelga, el comité reclama que el gestor aeroportuario Aena vuelva a sentarse en la mesa de negociación de un conflicto del que, dicen, no van «a permitir que vuelva a irse de rositas». La plantilla exige que Aena «dé soluciones» y que aporte «garantías de que va a respetar las mejoras que incluye el convenio para que algo así no pueda volver a pasar en el futuro».
Los nuevos paros, que arrancarán el primer viernes de octubre, serán inicialmente parciales y semanales pero el comité de huelga anunció que podrán convertirse en totales y diarios. La huelga prevista para este viernes quedó desconvocada en tanto que Eulen retiró los despidos y las sanciones a los empleados, tal y como establecía el laudo. La plantilla se manifestará en las calles de Madrid el próximo 27 de septiembre a favor del cumplimiento del convenio nacional de vigilantes de seguridad privada.
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