Cuatro personas heridas atendidas en urgencias el sábado tras una trifulca en la estación cuando trataban de identificar a jóvenes que cruzaron la vía tras saltar los tornos de acceso.
Cuatro personas atendidas en los servicios de urgencias por contusiones tras recibir "golpes y pedradas". Es el saldo que dejó el sábado por la noche una multitudinaria trifulca en la estación de tren de Renfe en Donostia, donde el único vigilante de seguridad denuncia que los altercados a última hora son constantes, "un caos semanal".
Los incidentes en el servicio de Cercanías de la compañía ferroviaria, asegura, alcanzan su máxima expresión durante los fines de semana, aunque “lo de los jóvenes que viajan sin pagar, saltando los tornos, se repite a diario”. Uno de los últimos percances más graves tuvo lugar el sábado a las 22.40 horas, un minuto antes de que partiera desde la estación de Donostia el último tren en dirección a Zumarraga. Según testigos presenciales, dos de los chicos que sortearon sin pagar el control cruzaron la vía justo delante del Alvia 4177 procedente de Madrid que, entre bocinazos, se vio obligado a reducir la velocidad. “No tuvo que hacer una frenada de emergencia de milagro”, asegura Alfonso Hernández, agente de seguridad de la estación de Donostia, labor que desempeña desde hace doce años.
Estos días se encuentra de baja después de los “golpes en la rodilla, la zona lumbar y la mandíbula” que, según relata, recibió el sábado. “Se ha dicho que la bronca se originó por decirles que no podían viajar sin mascarilla. Aunque es obligatoria, ese no fue el motivo. El problema fue al tratar de identificar a esas dos personas que habían cruzado delante del convoy, algo que está prohibido. No tiene por qué pasar nada, pero se montó la gran trifulca”, reconoce.
Patadas en la tripa y tortazos Dos compañeros de seguridad que viajaban a bordo de ese último tren de Cercanías fueron quienes se acercaron inicialmente a los dos chicos mientras que Hernández trataba de llegar al mismo lugar a través del paso subterráneo. A partir de ese momento, relata el vigilante, una treintena de jóvenes que ya se habían montado en el tren -“tras saltar los tornos un poco antes”-, salieron en defensa de los chavales.
Y a partir de ahí, “patadas en la tripa, tortazos, e incluso a un compañero le quitaron la mascarilla para escupirle en la boca”. Uno de los dos jóvenes que había cruzado la vía volvió a ponerse delante del Alvia. “Empezó a tirar piedras a diestro y siniestro. Daba igual que hubiera pasajeros o no. De hecho, a un compañero le dieron en la pierna, y un pasajero resultó herido tras recibir una pedrada, por lo que tuvo que subir a urgencias con una férula en la rodilla. Salió a defendernos, y recibió lo que recibió. No hay manera de pararlos”, lamenta el vigilante.
Fuentes de Adif confirman a este periódico que "se dio un problema de orden público”, ante el cual dieron aviso “al personal de seguridad que pertenece a la contrata" de la empresa pública y a la de Renfe, "además de a los cuerpos y fuerzas de seguridad, en este caso a la Ertzaintza”. A preguntas de este periódico, la empresa lamenta que “desgraciadamente, la violencia no solo está en las estaciones de tren” y muestra su rechazo a “cualquier desorden público que derive en violencia contra los trabajadores, como no puede ser de otra manera”.
"La situación de indefensión es total" El vigilante de la estación de Donostia asegura que “la situación de indefensión es total. Hasta los mismos pasajeros nos lo dicen”. Alfonso se vio inmerso en otro incidente hace un mes. “Tuve que dejar marchar a uno de los chicos porque me vinieron quince, y está claro que por encima de todo está mi vida. Llamé al centro, pedí refuerzo, pero no lo concedieron”, censura. Entre los implicados en los hechos, indica el responsable, hay jóvenes que han protagonizado altercados similares estos meses atrás. “Hay un chico que hace un mes le abrió la cabeza a un vigilante. Tiene un montón de arrestos, pero no podemos hacer nada, y encima nos graban porque dicen que somos agresivos”.
El sindicato ELA emitió un comunicado en el mes de junio mostrando su solidaridad y repulsa por estos hechos. “Es una muestra más de la precariedad laboral y social que vive el sector desde hace muchos años, con la obligatoriedad de ejercer funciones que sobrepasan a las que, sobre el papel, tienen. Un hecho deleznable que ha podido ser peor en el caso de que el trabajador hubiese estado solo”, señaló el sindicato en relación a una de las últimas agresiones. Hernández asegura que hay “usuarios del servicio de cercanías que tratan de evitar coger el último tren, porque es habitual que muchos de estos chicos fumen, profieran insultos y viajen sin mascarilla”.
“Hay pasajeros que nos dicen que no hay derecho, que están pagando a diario los billetes mientras que a estos señores no se les dice nada. Yo les digo que denuncien, porque nosotros no podemos hacer nada. No voy a comparar la situación con las grandes ciudades, pero todo lo que son los alrededores de la estación de autobuses de y tren en Donostia registra cada vez más problemas de seguridad”, señala el vigilante. Critica además que, más allá de palabras, “los sindicatos no solucionan nada, y la empresa tampoco. De momento no vemos que se adopten medidas. Al revés, se está reduciendo el personal de seguridad en los trenes. Si llega un tren, me pueden ayudar los compañeros que vengan, pero de lo contrario estoy yo solo ante el peligro”.
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