Los vigilantes del centro de internamiento de menores Ibaiondo de Zumarraga reclamaron ayer que se revisen sus condiciones laborales, especialmente sus “precarios” sueldos, a través de la retribución de un “plus de peligrosidad” y la incorporación de más efectivos al servicio. Este colectivo explicó que sus peticiones son resultado de “años de trabajo sin reconocer” en los que tampoco han tenido “derecho” a realizar “ningún tipo de huelga” debido a las especificidades de su destino y la “necesidad de cubrirlo 24 horas al día, 7 horas a la semana, con el 100 % de servicios mínimos”.
Señalan que son ellos los que se encargan de la totalidad de apertura de accesos del centro, además de los traslados de menores a distintas actividades, de cacheos y registros, de vigilar módulos y actividades, y de controlar las visitas y cámaras. En definitiva, velan por la seguridad de cinco módulos con 35 menores y 40 educadores a diario. Entre ellos se encuentran los menores detenidos recientemente por los casos de una violación múltiple en Barakaldo o el asesinato de una pareja de ancianos en el bilbaino barrio de Otxarkoaga.
“Estamos hablando de tener que tratar todos los días con menores que tienen medidas judiciales como resultado de robos con violencia, abusos sexuales, agresiones y homicidios”, añaden los vigilantes de este centro de Zumarraga, que aseguran que su trabajo adquiere su “más alto punto de importancia” cuando deben bloquear agresiones a educadores o evitar la fuga de menores internos. Aseguran que la “carga de trabajo extra” en la que en ocasiones deben soportar “insultos y lesiones” ha llevado a algunos compañeros a coger bajas laborales por motivos psicológicos e incluso psiquiátricos. Afirman que todo esto lo hacen “al mismo precio que otros compañeros de distintos servicios donde ninguna de estas cosas ocurren” ya que ellos perciben el mismo sueldo que un “vigilante de un supermercado”.
Por este motivo, solicitan que se revisen sus condiciones laborales y que se complemente su salario de 970 euros al mes con un plus de peligrosidad ya que trabajan con un “perfil de menor que es agresivo, violento” y, en algunos casos, “consumidor” de sustancias estupefacientes. Los vigilantes reclaman, asimismo, que se refuerce el servicio, fijado actualmente en siete vigilantes por turno, para evitar que el “agotamiento laboral sea tan excesivo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario