Deberán indemnizar con más de 116.000 euros por los daños causados en las casas. Los ocho integrantes han sido condenados a 47 años y tres meses de cárcel por la Audiencia
La Audiencia Provincial de Cáceres condena a 47 años y tres meses de prisión a los ocho integrantes de una organización criminal que robaba en fincas de toda España y agredía a los inquilinos que se encontraban en su interior. La investigación comenzó después de que sustrajeran 500 metros de cable de cobre en la localidad cacereña de Pasarón de la Vera, a la que dejaron varias horas sin comunicación por vía telefónica ni internet. La Audiencia ha probado que los acusados, la mayoría de nacionalidad rumana, entre febrero y abril del 2015 se concertaron para cometer delitos contra el patrimonio, utilizando la violencia física contra los inquilinos de las viviendas o empresas. Lo hacían con sus rostros cubiertos.
Su objetivo era sustraer cobre para su posterior venta a establecimientos de reciclaje de materiales. Perpetraron atracos en diferentes puntos de la geografía española (en las provincias de Madrid, Toledo, Ciudad Real, Guadalajara o Valladolid) desde su sede, que estaba situada en el poblado chabolista ‘El Gallinero’, en la Cañada Real de Madrid. El cabecilla era Marius M., encargado de determinar en cada ocasión quiénes se desplazarían hasta el lugar. Él siempre permanecía en el poblado y dirigía la operación por teléfono. Les facilitaba las indicaciones necesarias para que el regreso fuera seguro, especialmente si había vigilancia policial. También se encargaba de concertar la venta de los materiales sustraídos.
Su lugarteniente era Rares S., que acompañaba a la banda a los lugares donde iban a perpetrar los robos, siempre bajo las instrucciones del cabecilla. Luician C. era el conductor, que se encargaba de llevarlos en coche. Después se alejaba del lugar hasta que volvían a llamarle cuando habían terminado su hazaña. El resto de los acusados, Lucian V., Adrian S. e Ionut M., se dedicaba a perpetrar los atracos.
Uno de los robos más violentos fue el que cometieron en la empresa de prefabricados Uniblock, en Seseña (Toledo). Asaltaron al vigilante de seguridad, a quien golperaron y arrastraron hasta el interior de la nave, donde le ataron de pies y manos con una cinta americana. Después le quitaron las llaves y le obligaron a decir a la central que no pasaba nada (habían saltado las alarmas).
MÁS ROBOS VIOLENTOS / También el perpetrado en la empresa Grúas Sierra en Loeches (Madrid). En este caso el vigilante se acercó hasta el lugar donde estaban los ladrones en coche y le atacaron con una barra de hierro rompiendo los cristales del vehículo. Tras un forcejeo, le inmovilizaron, cubrieron su rostro y le ataron las manos con los cordones de sus zapatillas. Mientras sustraían el material le golpearon violentamente con una barra y le ataron los tobillos con un cable. En un momento en que los acusados dejaron solo al vigilante este consiguió coger su teléfono móvil para llamar a su compañero, que llegó al rato con la policía, pero los asaltantes consiguieron huir.
En la empresa Cerámicas Mora, de Illescas (Toledo), golperaron también al vigilante de seguridad. Le redujeron mientras le amenazaban para que no contara nada y para que les informase de la hora a la que llegaba Prosegur. Le amordazaron y le maniataron. Y en Residuos Santaolalla e Hijos, de Quer (Guadalajara), también golpearon con puñetazos y patadas al encargado de la seguridad.
Los miembros de la banda deberán indemnizar con 116.370 euros a los dueños de las empresas y de las fincas por los daños ocasionados en ellas. En este caso también se ha condenado a Eduardo M. S. y a Mª Ángeles S. D. acusados de un delito de receptación, por haber comprado al cabecilla de la banda cable de cobre aún sabiendo que había sido sustraidos. Cada uno deberá cumplir un año y medio de prisión. El juicio duró una semana.
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