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Ramón González es el responsable de la delegación de Córdoba y Sevilla de Grupo Control, desde que se creó en 2006. Pero su experiencia en la dirección de personas en el ámbito de la seguridad privada viene de mucho atrás.“Trabajé diez años en otra empresa de seguridad que era la que gestionaba el Parque Joyero de Córdoba, pero el 1 de enero de 2006 Grupo Control ganó el concurso y fueron precisamente responsables de empresas instaladas en el parque las que me recomendaron a Grupo Control”, comenta González, quien asegura que cuando le propusieron entrar en esta empresa, líder de seguridad en Almería, no dudó. “La empresa me causó muy buena impresión y tenía muy buena referencia de ella por compañeros de profesión”, señala este cordobés, quien destaca que “lo que más me llamó la atención es el trato directo y personal que ofrecen a los trabajadores; yo voy tres o cuatro veces al año a la central en Almería y en todas las ocasiones tienes contacto directo con los responsables”. En este sentido, González recuerda especialmente por lo inusual de la situación en comparación con otras empresas, el hecho de que “en una ocasión vino desde Almería el responsable de vigilancia y quiso acercarse uno por uno a todos los puestos en los que se encontraban los vigilantes para saludarlos”.
En su día a día, Ramón González se encarga de ver a clientes, supervisar servicios y coordinar los turnos de los vigilantes, que suman unos 150 entre Córdoba y Sevilla, dedicar un rato al mediodía a ir al gimnasio para mantenerse activo y en forma. “La verdad es que es un trabajo en el que tienes que estar las 24 horas del día disponible, porque si los vigilantes tienen cualquier tipo de problema me llaman directamente y tengo que buscar la solución, pero me gusta lo que hago”, comenta González, quien añade que, sin embargo, no tiene problemas para compaginar su vida laboral y familiar. “Por las tardes puedo recoger a mi hija del colegio y estar con la familia, que para mí también es muy importante”.
Su puesto de trabajo se encuentra en el interior del Parque Joyero, el mayor cliente de esta delegación. “Aquí trabajan 22 vigilantes para dar cobertura a un recinto de 150.000 metros cuadrados, en el que el 95% de las fábricas de joyerías se dedican a hacer piezas, fundir, dar brillo o hacerlas a medida, entre otros”, comenta González, quien explica que en estas instalaciones todos los vigilantes deben ir armados puesto que está catalogado de alto riesgo. Sin embargo, Ramón González no siente miedo en su profesión. “Miedo no pero sí preocupación sobretodo cuando se celebra la feria de joyerías, concretamente en los días de montaje y desmontaje, ya que es mucha gente la que viene”. Esta feria se celebra en un pabellón de aproximadamente 20.000 metros cuadrados y González recuerda el momento de su inauguración en julio de 2005, acto que contó con la presencia de la Reina Doña Sofía.
Por otra parte y en referencia a la seguridad, González destaca que en 2012 se han vendido quince fábricas nuevas “porque se han producido muchos robos fuera del parque, tanto en fábricas como joyerías, y los empresarios se sienten más seguros aquí”. Entre el resto de clientes que gestiona esta delegación se encuentra el Museo de Medina Azahara, así como las instalaciones de Enresa El Cabril, un recinto de almacenaje de residuos radioactivos, situado a unos 140 km de la capital de Córdoba. “Recuerdo que la primera vez que fui tenía resquemor, pero luego te das cuenta de la seguridad que existe en las instalaciones”.
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