El nuevo contrato de vigilancia y seguridad promovido por la Consejería de Cultura para el monasterio fortificado de San Isidoro del Campo y donde el pasado mes de agosto fueron sustraídos dos azulejos del siglo XVI, estipula que el monumento estará vigilado entre 12 y 18 horas al día por un único vigilante a excepción de los "festivos de cierre", cuando estará custodiado las 24 horas del día.
En total, se contratan 5.718 horas de vigilancia durante 2017. Este nuevo contrato, licitado por un importe máximo de 143.036 euros, impuestos incluidos, y recogido por Europa Press, abarca el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2017 y el 31 de diciembre de dicho año, con un total de 5.718 horas de vigilancia divididas con un reparto según el cual los lunes laborables, el monasterio contará con un vigilante 12 horas, mientras de martes a jueves laborables, el monumento contará con un vigilante 16 horas al día. Los viernes laborables y los sábados, de otro lado, el enclave estará custodiado por un vigilante durante 15 horas, mientras los "domingos y festivos de apertura el monumento contará con un vigilante durante "18 horas diarias" y los "festivos de cierre" habrá una "vigilancia total de 24 horas".
"Durante la prestación del servicio, los vigilantes realizarán periódicamente rondas internas, en horario de 18,00 a 9,00 horas, dentro de los espacios cerrados del enclave, correspondientes a la zona expositiva y de trabajo", detalla el contrato, según el cual el vigilante de turno "realizará como mínimo una ronda interna de diez minutos por cada periodo de servicio de tres horas".
"RONDAS EXTERNAS" Del mismo modo, el contrato estipula la obligación de realizar "periódicamente rondas externas, en horario de 09,00 a 18,00 horas, por los espacios abiertos del enclave". Las rondas "externas", en concreto, habrán de ser realizadas "por cada periodo de cuatro horas" con una duración de unos 20 minutos. El nuevo contrato de vigilancia llega en un momento clave para monumento, una verdadera joya artística que combina el arte gótico, el mudéjar y el barroco, pero que no goza de la suficiente proyección y conocimiento por parte de la sociedad civil. Y es que su situación en materia de personal y vigilancia saltó al primer plano de la actualidad, como consecuencia de la sustracción el pasado mes de agosto de dos paños de azulejo del siglo XVI, obra del ceramista Niculoso Pisano, que ornaban una de las paredes del majestuoso Claustro de los Muertos.
El debate suscitado tras este expolio, en ese sentido, ha girado especialmente en torno al declive del monumento por la reducción de su personal y su régimen de visitas, toda vez que el pasado mes de octubre, el pleno del Ayuntamiento de Santiponce acordó reclamar a la Junta de Andalucía la restitución del antiguo régimen de visitas del enclave, con su apertura de nuevo los domingos y días festivos, y la rehabilitación "integral" del mismo. Después, la comisión de cultura del Parlamento de Andalucía aprobó una proposición no de Ley (PNL), para que el monumento recupere su antiguo régimen de visitas a partir del 1 de enero de 2017, extremo que por cierto refleja el nuevo contrato de seguridad y vigilancia. Aunque el monasterio de San Isidoro del Campo pertenece a la Fundación Casa Álvarez de Toledo y Mencos, sus usos están cedidos a la Junta de Andalucía mediante un convenio firmado entre ambas partes, toda vez que el sector del claustro principal y la torre barroca del monumento están pendientes de una actuación de rehabilitación, como la acometida años atrás sobre el ala correspondiente al Claustro de los Muertos y la capilla del Cristo de Torrijos.
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