El consistorio obliga a los vigilantes a dirigirse en catalán al público y a pasar un cursillo para saber reaccionar ante una situación de acoso sexual.
La seguridad no es cosa de broma. Los conciertos, desfiles, pasacalles, funciones de teatro, danza o poesía y actos culturales diversos han de contar con un servicio de vigilancia (sin armas) que complemente los servicios de seguridad que ya prestan los cuerpos policiales y que puedan hacer frente a situaciones de crisis. Se trata de actos realizados en espacios cerrados o en espacios abiertos pero acotados, con control de acceso. Así se recoge en los documentos oficiales del consistorio que justifican un contrato que se acaba de formalizar el pasado 3 de septiembre con la empresa Seguridad Preventiva Cuatro SL por un monto de 515.050 euros.
La vigencia del contrato es desde el 1 de octubre de 2021 al 30 de septiembre de 2022, aunque en las mismas cláusulas adicionales se prevé que pueda ser prorrogado hasta cuatro veces, por lo que su vigencia duraría hasta el 30 de septiembre de 2026 y el monto total del mismo se dispararía a 2.318.987 euros. “El valor del contrato inicial es ligeramente superior a las prórrogas dado que a finales de este año tendremos que cubrir una edición extraordinaria de LlumBCN”, explica un informe previo de justificación del contrato.
ONCE FESTIVIDADES Este contrato especifica que “tiene por objeto los servicios de vigilantes de seguridad para los actos culturales organizados por el Instituto de Cultura (Icub)”. En el informe previo citado, se enumeran los 11 actos que necesitan el servicio extra de seguridad, fruto de “la experiencia de años anteriores”. Por orden cronológico, los acontecimientos son los de LlumBCN21 (noviembre), Festival DAU (noviembre), el Pesebre de la plaza de Sant Jaume (noviembre a enero), la Fiesta de Fin de Año (enero), la Cabalgata de Reyes (enero), las Fiestas de Santa Eulàlia (febrero), LlumBCN22 (febrero), Carnestoltes, Barcelona Poesia (mayo), Biennal de la Ciència (junio), Festival Grec (junio y julio) y Fiestas de la Mercè (septiembre). “Esta relación es indicativa de los actos que se esperan producir a lo largo de un ejercicio, sin perjuicio de que algunos puedan sufrir variaciones en relación a ediciones anteriores o incorporarse otros no previstos”, indica el informe previo.
Las cláusulas del pliego técnico especifican que “el servicio de vigilancia y seguridad se realizará en espacios cerrados o zonas acotadas por vallas o balizas y garantizará la seguridad de los bienes (tarimas, equipos técnicos, mobiliario, instalaciones artísticas, etc) de la actividad y colaborará con las fuerzas de seguridad pública si fuesen requeridos”. En cada uno de los actos ha de haber un responsable de seguridad y un coordinador operativo. El primero es el encargado de ser el interlocutor con el Icub, con Protección Civil, Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra, dirigir las inspecciones, supervisar el servicio y establecer los medios para hacer efectiva la coordinación con otros servicios. El segundo es el encargado de diseñar todo el dispositivo, controlar la asistencia y buen funcionamiento de todo el personal y coordinarse con cada espacio con otras empresas, como los controladores de acceso.
HABLAR CATALÁN En el equipo operativo ha de haber sólo integrantes habilitados como vigilantes de seguridad con Tarjeta de Identidad Profesional (TIP). Las reglas del contrato especifican que los vigilantes han de realizar una formación de reciclaje obligatorio de al menos 20 horas. En esos cursillos, los miembros del equipo deberán haber recibido “formación en la aplicación de protocolos contra las agresiones y los acosos sexuales en espacios de ocio nocturno, para poder detectar, atender y derivar los casos”. Con la medida, pues, se intenta paliar un problema recurrente que es habitual en aglomeraciones festivas y cuyas víctimas son, en su casi totalidad, mujeres.
Una de las cláusulas especifica también que todos los miembros del equipo han de “utilizar el catalán en todas las comunicaciones dirigidas al público, sin perjuicio de la utilización del castellano para atender a las personas que se les dirijan en este idioma”. El personal contratado debe ir uniformado correctamente, con un chaleco conde conste el nombre de la empresa, la categoría de vigilante y, en determinados casos, el logotipo del acontecimiento. El número de TIP debe estar bien visible para identificarse ante las fuerzas de orden público o la ciudadanía. La empresa está obligada a proveer a los vigilantes de linternas y equipos de protección individual (mascarillas y guantes). En determinados casos, también deberá facilitar radiotransmisores para que los vigilantes se comuniquen entre ellos. Asimismo, a quienes trabajen las noches de Navidad y Fin de Año entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana, se les debe de gratificar con un complemento fijo: se les pagará a 69,98 horas la hora.
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