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31 de marzo de 2018

CEUTA: Un vigilante de seguridad es agredido por un menor en el centro La Esperanza

El menor, que desobedeció al educador, propinó varios puñetazos al vigilante, rompiéndole las gafas y provocándole lesión de mejilla izquierda, posibles fisuras en el pie y contusión en huesos

En la tarde del pasado Viernes Santo, se produjo una agresión a un miembro de la seguridad privada en el Centro La Esperanza, por parte de un menor que propinó varios puñetazos al vigilante, rompiéndole las gafas que éste llevaba. Así, el diagnóstico del vigilante fue “lesión de mejilla izquierda, posibles fisuras en el pie y contusión en huesos propios”. Todo ello ocurre en un recuento rutinario, donde el menor no sigue las indicaciones de un educador y tiene que intervenir la seguridad privada. Ante esta situación la Asociación Marea Negra ha salido al paso para denunciar “la precaria situación que padecen los agentes de seguridad privada que prestan servicios en el Centro La Esperanza.

El presidente de la asociación, José Antonio Carbonell, asegura que “esto es debido a la dejadez de la Administración ceutí, ya que no toma las medidas pertinentes”, añadiendo que “no es explicable que en un centro con cerca de 180 residentes, solo haya dos agentes de seguridad, cuya ubicación es un agente por cada planta”. Asíi, recuerda que “a diario se ven sobrepasados con el exceso de trabajo, por no disponer de los medios técnicos, jurídicos ni humanos (sin apoyo ni respaldo), por parte de su empresa (Clece) ni por parte de la ya mencionada Administración”. Ante esta realidad, desde Marea Negra quieren resaltar que “la figura del Policía Local que, también presta servicios en este centro, de poco o nada les sirve su presencia, ya que cuando se presenta alguna problemática cómo ésta relatada, el policía, no actúa de oficio, tal y como debería haber hecho en esta agresión y en lugar de ésto únicamente se limitó a redactar un informe con los hechos ocurridos”. De este modo, asegura Carbonell que “se está perjudicando al personal de seguridad privada una y otra vez. Por lo que exigimos que se tomen las medidas necesarias, tales como la ampliación de la plantilla con un total de tres por turno. Un retén de 24 horas de un agente para casos de urgencias (agresiones, motines o revueltas, interponer denuncias) porque al salir del centro, el servicio se queda aún más mermado”.

Además insisten en “la habilitación de una zona de control de cámaras (inexistente a día de hoy) porque en la actualidad las cámaras que tienen, se encuentran en una habitación sin control alguno y sin nadie que las visualice”. Así hacen una una sugerencia y preguntan “¿por qué no se habilita uno de tantos edificios vacíos para que pueda ser ocupado por los menores de régimen abierto como cerrado? Así no tendrían que estar dos centros abiertos a la vez, suponiendo un ahorro a las arcas de la Ciudad”. “Nos referimos al centro Punta Blanca con capacidad reducida y al de La Esperanza, por no reunir los medios necesarios, por lo que todos aquellos que se encuentran deambulando por las calles, irían a parar a este centro y así se solventarían dos problemas a la vez, uno que la ciudadanía transitara por las calles sin ningún temor y dos que, estas personas no estuvieran desamparadas sin un techo en el que cobijarse”, concluyen.

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