Paredes y columnas están llenas de grabaciones de los visitantes con fechas y nombres. Algunas zonas de la seo se han tenido que tapar con metacrilato
El Cabildo Catedral conoce perfectamente este problema pero sabe que tiene difícil solución a no ser que se ponga prácticamente un vigilante por cada persona que visita el primer templo de la provincia.
La lacra del vandalismo no para y los muros de la Catedral de Sevilla siguen siendo un triste ejemplo de ello. Los visitantes de la seo hispalense siguen con la lamentable práctica de dejar grabada en la piedra la fecha de su visita y su nombre, lo cual no hace más que provocar el deterioro de un monumento que está declarado como Patrimonio de la Humanidad.
A raíz de la denuncia de un lector de este periódico, El Correo ha podido comprobar dando un simple paseo por el interior de la Catedral de Sevilla, así como por el patio de los naranjos, que esta práctica sigue siendo muy habitual entre los visitantes del templo. En la gran mayoría de columnas y paredes muchos han dejado lamarca con la ayuda de una moneda o una llave. Nada más acceder al patio de los naranjos ya se ven las primeras marcas en los muros y sin la necesidad de fijarse demasiado. Algunos incluso llevan ahí varias décadas según la fecha que consta en la que se cometió el acto vandálico.
Algunas de las personas que trabaja en el templo explicó que «tristemente» es una mala práctica que se puso muy de moda hace unos años pero que se sigue haciendo, y al tratarse de un espacio tan grande, con muchas columnas, recovecos y zonas más oscuras«es difícil de atajar» a no ser que pongas una encargado de seguridad prácticamente por cada persona que entre al templo.
Dentro del templo, el panorama en muchas de las grandes columnas no dista demasiado del que hay en el patio de los naranjos. Y hay dos zonas especialmente donde es especialmente sangrante, uno es en el mural de San Cristóbal –junto al monumento de Cristóbal Colón– y otro es justo en la entrada de la capilla de San Antonio, donde se encuentra el cuadro de Murillo La visión de San Antonio de Padua. En el primero de los casos, el Cabildo de la Catedral tuvo que colocar un gran panel de metacrilato para evitar que estas grabaciones fueran en aumento. El fresco de San Cristóbal tenía tal nivel de grabaciones hechas por los visitantes que hubo que poner esta protección para evitar que el destrozo artístico fuera en aumento.
En la puerta de la capilla de San Antonio, por contra, no hay protección alguna para evitar las grabaciones, lo que provoca que al ser un sitio algo más escondido sea más fácil delinquir sin ser visto por nadie. Por ello, los dos lados de la entrada de la capilla presentan un lamentable estado. Esta zona está justamente al lado de la puerta que da acceso a la parroquia del Sagrario por el interior de la seo, justo al lado de donde está expuesto el pendón que izó San Fernando en Sevilla el 23 de noviembre de 1248 cuando conquistó la ciudad. Fuentes oficiales de la Catedral explicaron que aunque van revisando continuamente y limpiando las zonas afectadas, sí resulta imposible poner un vigilante a cada persona que acceder al tempo catedralicio.
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