Prosegur ha hecho un auténtico 'striptease' financiero para vender la salida a Bolsa de su filial de blindados, a la que ha bautizado como Prosegur Cash. Al dividir el grupo en tres trozos (seguridad, alarmas y cash), ha desvelado al mercado que el dedicado al transporte de fondos, con unas ventas equivalentes al 44% del total, alimenta gran parte del beneficio y de la generación de caja consolidados. El resto de las divisiones apenas ganan dinero pero generan caja para que el grupo pueda repartir dos dividendos, uno de la matriz y otro de la filial de blindados.
Y con la salida a Bolsa de su hermana podrán crecer sin endeudarse, lo que beneficiará también a la matriz. La salida a Bolsa de Prosegur Cash está prevista en principio para la segunda quincena de marzo. Los directivos de la matriz, que ya cotiza con el nombre de Prosegur Compañía de Seguridad, han preparado un documento de casi cien páginas para presentar a los analistas internacionales las bondades de su filial de transporte de fondos. Para ello han tenido que desnudar el grupo después de realizar una profunda transformación societaria y contable para agruparlo por unidades de negocio y no por países como estaba hasta ahora.
La broma le ha costado un pico en impuestos (42 millones pagados en más de siete países), pero ya está hecho. Una vez despojado de sus ropas, Prosegur aparece como un holding en el que la filial que ahora quiere colocar en el mercado es casi la única que gana dinero. Con cifras oficiales del propio grupo, Prosegur cerró 2016 con un beneficio neto de 185 millones de euros (sin tener en cuenta los costes extraordinarios de la reestructuración societaria).
La filial de blindados, Prosegur Cash, cerró el año, según las cifras que se les presentan a los analistas, con 182 millones de euros de beneficio neto. Es decir, que esta parte del negocio generó el 98% del resultado final del grupo. En 2015, las cuentas oficiales del grupo arrojaron un beneficio neto de 183 millones de euros y la filial de blindados, según las cifras que se presentan ahora a los analistas, obtuvo un resultado de 195 millones, o lo que es lo mismo, mientras esa parte del negocio ganaba dinero, el resto estaba en equilibrio o en números rojos.
La joya de la corona Pero a veces la cifra final del beneficio neto no es la más representativa, porque puede ser menor por un coste superior de los intereses de la deuda, un mayor volumen de amortizaciones o por un peso superior de las tasas e impuestos. Si la medida se aplica sobre el beneficio bruto de explotación (Ebitda), resulta que el 2015 la filial de blindados de Prosegur obtuvo 382 millones de euros sobre un total consolidado de 448 millones (un 85% del total). En 2016 las cifras han sido de 382 y 458 millones, respectivamente (un 84% del total). Si avanzamos una línea más en la cuenta de resultados y comparamos el beneficio neto de explotación (Ebit), Prosegur Cash logró en 2015 un total de 282 millones sobre un total de 324 millones de euros del grupo (un 87% del total) y en 2016 las cifras han sido, respectivamente, de 320 sobre 342 millones (94% del total).
Después de ver estas cuentas está claro que Prosegur Cash es la joya de la corona del grupo. Ahora, con su salida a Bolsa, los dueños de más del 50% del capital de la matriz, la familia Revoredo, pretenden inyectar al holding entre 750 y 1.600 millones de euros, según sea el precio que logren los colocadores y el porcentaje de capital que sean capaces de vender. Los fondos obtenidos, que serán aportados por inversores institucionales (no habrá tramo de minoristas), irán destinados a cancelar deudas, financiar la expansión del resto de divisiones y si es posible para repartir un dividendo extraordinario entre los accionistas de la matriz.
Dos dividendos Prosegur Cash es ahora propiedad cien por cien de Prosegur Sistemas de Seguridad. Con la salida a Bolsa la matriz pretende colocar entre un 25% y un 40% del capital de la filial, de modo que seguirá mandando. La banda de precios que han manejado los analistas y que ahora tienen que contrastar con los posibles inversores se sitúa entre los 3.000 y los 4.000 millones de euros para el cien por cien de la compañía que se pretende colocar en el parqué. Pero lo que sí ha prometido antes de saber qué están dispuestos a pagar los inversores es que repartirá entre el 50% y el 60% de su beneficio neto anual en dividendos.
La gran pregunta que ahora asalta es si después de este debut en el parqué habrá dinero para que la matriz y la filial sigan retribuyendo a sus accionistas. Con un nivel de beneficio como el de 2016, Prosegur Cash debería un dividendo de entre 93 y 111 millones de euros para cumplir su promesa tras la salida a Bolsa. Es más, en los documentos presentados a los analistas, dice que el planteamiento inicial es pagar cantidades trimestralmente y que la primera sería abonada ya en diciembre de 2017 a cuenta de los resultados del año.
La matriz, por su parte, ya repartió en 2016 (en cuatro veces) un dividendo ordinario de 11 céntimos por título y otro extraordinario de una sola vez de 10 céntimos por acción. En total desembolsó por ello 120 millones de euros de caja. El flujo de caja operativo consolidado ascendió el pasado año a 318 millones de euros, contando 53 millones de aumento de capital circulante procedente de la diferencia de plazos entre el cobro a acreedores y el pago a proveedores. De hecho la compañía le ha dicho a los analistas que busca cambiar el mix de financiación de sus inversiones de mantenimiento de actividad (capex) aumentando la parte procedente de capital circulante de los clientes.
En cualquier caso, con ese dinero puede pagar los algo más de 60 millones de euros de dividendo ordinario y los 93 a 111 millones del dividendo de la filial Prosegur Cash. En ningún caso se vería comprometido el nivel de inversión necesaria para la actividad. En cuanto a las inversiones en crecimiento de las divisiones de alarmas y seguridad privada, los fondos que obtendrá la matriz con la colocación de parte del capital de Prosegur Cash le permitirá afrontarlas sin tener que acudir a un mayor endeudamiento.
Inversiones Al finalizar 2016, la deuda financiera neta consolidada de Prosegur era de 712 millones de euros, con una posición neta de tesorería de 825 millones. El coste medio de la deuda se sitúa en el 2,7%, lo que representa una disminución de seis décimas frente al 3,3% que le costaban los préstamos en 2015. La deuda financiera neta se sitúa en un ratio de 1,4 veces el Ebitda. La caída en el coste de los créditos ha venido motivada precisamente por la suscripción de un crédito sindicado de 600 millones de euros a nombre de Prosegur Cash que deja el coste total de la deuda de esta filial en el 1,9% y redunda en una reducción del tipo medio general de la deuda consolidada.
Fijándonos en Prosegur Cash, que es la que va a salir a Bolsa, su deuda es de 520 millones, con un ratio de endeudamiento que también es de 1,4 veces el Ebitda. Los covenant de los bancos (las condiciones que incluyen en los préstamos para dejar a la empresa que haga lo que quiera con su caja), señalan que la empresa no podrá pasar de un ratio de endeudamiento de 3,5 veces el Ebitda sin pedir permiso a los acreedores. La cifra está muy lejos de lo que pretenden los directivos de Prosegur, que ya han acelerado en los últimos años la expansión y el crecimiento de esta filial que ahora, según los datos aportados a los analistas, tiene previsto dedicar entre 50 y 150 millones anuales en este año y los dos siguientes para seguir creciendo en zonas como Asia u Oriente Medio. Estas inversiones no agotarán los fondos que previsiblemente sacará la matriz con su salida a Bolsa.
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