A partir del 1 de marzo cederá esa tarea a una empresa controlada por Aena para destinar a sus agentes a tareas «más prioritarias»
Los pasajeros que a partir del 1 de marzo acudan al aeropuerto de Loiu comprobarán una significativa disminución de la presencia de agentes de la Guardia Civil. Desde esa fecha el instituto armado comenzará a ceder sus responsabilidades en los servicios de seguridad de las instalaciones, que culminará con el abandono de las tareas de control del filtro previo al acceso a la zona de embarque. Es decir, en los próximos meses sus agentes dejarán de controlar el escáner y el arco-detector de metales que evita que cualquier pasajero pueda subir al avión con armas, líquidos o artículos prohibidos.
Según las fuentes consultadas, la Guardia Civil ha decidido acometer esta reorganización ante la necesidad de destinar sus efectivos a «tareas más prioritarias» que el control de pasajeros, como vigilancia e información. Según desveló la pasada semana el delegado del Gobierno, Javier de Andrés, la plantilla del instituto armado en Euskadi ha mermado sensiblemente en los últimos años. Las bajas no cubiertas y la modificación de los tiempos de descanso de los funcionarios ha situado el número de agentes en 2.370. «Si tuviéramos más efectivos su trabajo habría sido más fácil», deslizó el delegado. De hecho, este proceso de reestructuración no sólo se llevará a cabo en Loiu; también afectará a las instalaciones de Vitoria y Hondarribia.
Las tareas que realiza la Guardia Civil en el aeropuerto serán subcontratadas a la empresa privada de seguridad que ya trabaja en Loiu. Aena ya ha previsto adecuar el contrato que les une para poder ampliar el número de trabajadores que a partir de ahora serán necesarios. El proceso de transferencia será «progresivo». Primero asumirán las tareas de vigilancia y control de los accesos exteriores al recinto -entrada de mercancías, suministros, combustible...-. Y paulatinamente dejarán los trabajos de cara al público hasta finalmente ceder el filtro de seguridad. Desde ese momento, el detector de metales y el escáner del equipaje de mano serán manejados por los trabajadores privados. No obstante, la Guardia Civil mantendrá un pequeño equipo en ese punto para supervisar en todo momento su labor como agentes de la autoridad. Con este cambio, Loiu y los otros dos aeropuertos vascos pasarán a operar como el resto de recintos del país, en los que el instituto armado ya no realiza las labores de control de pasajeros.
Tres cuerpos y una empresa Las labores de vigilancia y seguridad en el aeropuerto de Loiu están compartidas en estos momentos por tres cuerpos distintos. La Er-tzaintza mantiene esas competencias en las zonas públicas. La Guardia Civil en los sectores de acceso restringido y la Policía Nacional en el control de personas y pasaportes. A ellos se unen los operarios de la contrata privada, que se encargan desde el manejo de las cámaras de seguridad hasta el chequeo de las tarjetas de embarque.
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