Los atentados de Bruselas no elevan el riesgo y el plan de seguridad se estrena con éxito, llenando las calles sevillanas de efectivos de seguridad en un despliegue sin precedentes
Tres mil policías garantizan en Sevilla que la Semana Santa transcurra con total normalidad pese a que el Ministerio del Interior activó la máxima alerta, en grado cuatro, para blindar una celebración que congrega a miles de personas. Se han desplegado más fuerzas de seguridad que nunca y se nota en las calles. Los atentados de Bruselas no han alterado las medidas diseñadas porque ya se encontraban “al máximo”, aseguran fuentes de la Delegación del Gobierno en Andalucía. De momento, sólo la inestabilidad meteorológica de los primeros días ha influido a la baja en unas previsiones de ocupación hotelera que siguen siendo “espléndidas” para el puente, confirman fuentes del sector.
Desde el Ayuntamiento de Sevilla, con el socialista Juan Espadas al frente, aseguran que el plan de seguridad que la ciudad estrena este año supone “un vuelco total” respecto al diseñado en anteriores ediciones. La Madrugá la ciudad estará prácticamente blindada. El nivel de alerta cuatro no sólo congrega a más Policía Nacional que nunca, con cuerpos especiales destinados desde otros puntos de España, sino que además habrá 400 agentes locales en la calle y se ha reforzado en todo momento la coordinación entre todas las administraciones y los cuerpos y fuerzas de seguridad competentes. La comunicación entre la Delegación de Gobierno y el Ayuntamiento, también con la Junta de Andalucía a la mesa, es “permanente y más fluida que nunca”, constatan todas las partes. Policía Nacional, Policía Local y Protección Civil asumen el mayor despliegue de efectivos en años. Un 20% más que en 2015.
Como novedad se evitan las grandes congregaciones de público. Se prohíbe a los fieles acompañar a las procesiones delante de los pasos caminando hacia atrás con la mirada en las imágenes, lo que entre la gente se llama ‘cangrejear’.Las bullas desaparecen de alrededor de los pasos con un criticado sistema ‘anticangrejeo’, que garantiza la limitación de público. Se han señalado 17 zonas de especial protección, puntos de la ciudad donde se extreman los recursos para evitar grandes ‘bullas’ y garantizar una rápida evacuación. Nada de sillitas plegables colocadas por particulares y que en años anteriores dificultaban enormemente la movilidad. En estas zonas de especial riesgo lapresencia de vallas evitan el acceso de los ciudadanos, dejan grandes espacios libres de público y arrojan imágenes inéditas con las cofradías procesionando sin gente alrededor. Algunas calles además se han cortado al paso público. “Se trata de limitar el número de personas en determinadas zonas más conflictivas y sobre todo, garantizar recorridos de evacuación”, informan desde el ayuntamiento hispalense.
Indignación con las vallas
El debate sobre la seguridad está en la calle de Sevilla pero no por el temor a un atentado terrorista, ni mucho menos, sino por cuestiones estéticas y de tradición. Las nuevas medidas llevan a muchos sevillanos a preguntarse si una Semana Santa sin bulla es igual o pierde gran parte de su sentido y suesencia. Ante este debate ciudadano, que se ha apoderado de las redes sociales, donde se repiten las fotografías de imágenes procesionando casi en solitario, los portavoces oficiales llaman la atención sobre el fondo del asunto. Nadie quiere sembrar intranquilidad o generar alarma, admiten desde el gobierno municipal de la ciudad, pero no se debe perder de vista que el grado de alerta decretado por Interior es el máximo. “Estamos en un nivel cuatro por riesgo de atentado terrorista. Que a nadie se le olvide. No hay que tener miedo en absoluto pero síextremar las precauciones y anteponerlas a otros debates”, señalan fuentes del Gobierno.
Las hermandades sevillanas están “muy sensibilizadas”, colaborando intensamente y sin problemas, según señalan desde el Cecop, el centro de coordinación de la seguridad y epicentro de todas las medidas y efectivos desplegados. “La seguridad obliga a ajustar algunas tradiciones”, admiten fuentes oficiales. “Saben que en cualquier momento se puede cambiar un recorrido o alterar una tradición, prohibiendo por ejemplo el apagado de luces en determinados tramos, pero todos son conscientes del momento y la colaboración es máxima”, insisten desde el consistorio sevillano. Se ha limitado al máximo también los puestos de ventas ambulante, con hasta 15 cambios de ubicación por motivos de seguridad en los primeros días, y se ha restringido la presencia de veladores que en condiciones normales se apoderan de muchas calles del centro de Sevilla en aquellas partes de la ciudad donde se prevén mayores aglomeraciones de gente.
Los picos de más intensidad en las medidas de seguridad se fijaron para elDomingo de Ramos y se volverán a poner a prueba este Jueves Santo y durante la tradicional ‘Madrugá’ sevillana. Al margen del debate en la calle por cuestiones estéticas y de tradición, el dispositivo transcurre hasta el momento con éxito. Desde el Ayuntamiento de Sevilla insisten en la importancia de no sembrar ningún tipo de alarma o generar miedo. Desde luego no es eso lo que se respira en las calles, donde el único temor hasta ahora se ha desencadenado con la mirada en el cielo, atentos a las nubes y la lluvia que ha impedido procesionar a algunas hermandades o han precipitado la vuelta a sus iglesias.
Hay quejas también porque no se hayan erradicado totalmente las ‘botellonas’y la presencia de jóvenes consumiendo alcohol en las calles. Las medidas desplegadas en este sentido y el cierre de espacios propicios para estas reuniones, como la parte superior de las Setas de la Encarnación, no han acabado totalmente con estas imágenes. Las inspecciones en las tiendas y laprohibición de venta de alcohol fuera del horario establecido también se han intensificado. Más de 80 cámaras de seguridad, ubicadas por el casco histórico en su mayoría, reportan imágenes en tiempo real de las calles principales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario