La asociación Avispa afirma que sólo hay un guarda para dos plantas y otras dos no cuentan con vigilancia
La Asociación de Vigilantes de Seguridad Privada de Asturias (Avispa) reanuda las quejas tras haber denunciado, el pasado octubre, un incumplimiento de la ley de Seguridad Privada durante la Noche Blanca en el Museo de Bellas Artes. Ahora, ante la inminente apertura de los espacios expositivos en las instalaciones de la pinacoteca y la consiguiente adjudicación del servicio de vigilancia y seguridad, el colectivo se ha visto obligado a demandar nuevamente las carencias en la materia. Además, recalcan que los recursos y medios son claramente insuficientes, lo cual pone en peligro la protección de los bienes y fondos artísticos del Museo.
Dichas deficiencias, según alega Avispa en una nota de prensa, ya han sido puestas en conocimiento tanto de la Dirección como del Patronato ante la necesaria ampliación de efectivos para la vigilancia y seguridad, especialmente durante el horario nocturno, “donde son más graves las carencias al multiplicarse la superficie a proteger con la ampliación y apertura de todas las salas y espacios de exposición”. También indican que, con la ampliación del Museo, según el pliego de licitación publicado por la Consejería de Presidencia, "el servicio de seguridad será adjudicado con el mismo número de vigilantes y con el único criterio de adjudicación al precio más bajo ofertado por las empresas que concurran, provocando una manifiesta inseguridad al destinar tan escasos, exiguos e insuficientes recursos humanos".
En su comunicado, la asociación ha expuesto una enumeración que muestra la falta de seguridad patente en las instalaciones: en el edificio de Rúa no existe vigilancia activa. Por otro lado, en el de Velarde solamente hay un vigilante destinado para las tres plantas. En los nuevos edificios solamente hay un guarda en las plantas 0 y -1, mientras que la 1ª y la 2ª no cuentan con vigilancia. Concluyen el listado denunciando que la vigilancia de todos los edificios, así como de las oficinas y demás dependencias, está en manos de un solo vigilante en horario nocturno. “Una vez sean inauguradas y abiertas al público todas las salas expositivas, se debería contar, como mínimo, con 10 vigilantes por turno (mañana y tarde), y 2 vigilantes en horario nocturno, uno de ellos armado”, explica Avispa.
Aunque el Museo de Bellas Artes de Asturias posee una de las más ricas y amplias colecciones pictóricas de España, adolece de un sistema de gestión precario en cuanto a seguridad. “Los planes, programas y proyectos dedicados a su protección, preservación, salvaguarda y conservación son poco o nada ambiciosos. Es una verdadera lástima contemplar la pasividad, irresponsabilidad y dejadez de los responsables culturales y políticos en una materia tan sensible e importante como es la protección de nuestro patrimonio histórico artístico”, denuncia la Asociación de Vigilantes.
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