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25 de marzo de 2016

El cambio de hora en 2016 coincide con la Semana Santa.


España entra en el horario de verano

Todos los relojes de los países miembros de la Unión Europea deberán adelantarse una hora, mientras que en el hemisferio sur se entra en el horario de invierno


El cambio de hora al horario de verano coincide en 2016 con la Semana Santa. En España se ealizará la madrugada del sábado 26 de marzo al domingo 27 de marzo de 2016, cuando a las 2 pasarán a ser las 3. En el hemisferio sur, en cambio, se cambio del horario de verano al de invierno.

El horario, que consiste en ir 2 horas por delante del GMT (horario medio de Greenwich) se mantendrá en Europa hasta el último fin de semana de octubre, cuando volverá a entrar el horario de invierno, que se corresponde con 1 hora más que el GMT. Por tanto

Ventajas del cambio horario Lo que se busca con este cambio horario es el ahorro energético, haciendo para ello coincidir lo máximo posible las horas de luz solar con el horario laboral. Piensen que en estos momentos ya se estaba haciendo de día alrededor de las 7 de la mañana, y si siguiéramos con el horario invernal, en pleno mes de junio amanecería sobre las 5 de la madrugada, una hora a la que la mayoría de los mortales estamos durmiendo. De esta forma, adelantando nuestros relojes hacemos que no amanezca tan temprano y además alargamos las horas de sol por las tardes, con el consiguiente aprovechamiento de la luz solar para nuestras actividades.

Las primeras referencias acerca del cambio horario las encontramos en el S-XVIII, concretamente en 1784, cuando el científico estadounidense Benjamín Franklin en base a la idea del aprovechamiento diurno de luz natural planteó adelantar los relojes una hora durante el verano, a fin de aprovechar mejor la iluminación natural y así consumir un menor número de velas para alumbrarse durante la noche. No obstante no llegó a ponerse en práctica. Más tarde, en 1905 el constructor inglés William Willett concibió el horario de verano durante un paseo a caballo previo al desayuno, cuando se sorprendió pensando cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de verano. A raíz de la 1ª guerra mundial y con el propósito de ahorrar combustible, el kaiser Guillermo II de Alemania decretó el inicio del cambio de hora el 30 de abril de 1916, que también se aplicó a sus aliados y las zonas ocupadas, siendo los primeros países europeos en emplear el horario de verano. Varios países beligerantes y neutrales de Europa les siguieron. Estados Unidos al igual que España no lo hicieron hasta 1918. Durante muchos años no existió una regulación conjunta acerca del cambio horario, y cada país fue adoptándolo o no de acuerdo a sus intereses. Así, por ejemplo en España no se produjo dicho cambio horario entre los años 1950 y 1973.

Fue una nueva crisis energética la que hizo que esta medida que tiene como principal objetivo el ahorro energético saltara de nuevo a la palestra. En 1973 los países miembros de la OPEP impusieron un embargo petrolero de importantes consecuencias económicas, por lo que las naciones industrializadas comprendieron la urgencia de impulsar medidas del cuidado de la energía, que al mismo tiempo permitieran reducir la fuerte dependencia que actualmente se tiene de los combustibles fósiles, tales como el petróleo y el gas. De esta forma, a partir de 1974 comenzó a generalizarse el cambio de hora. Bien es cierto que no todos los países del mundo adoptan este horario, e incluso no en todos los que lo adoptan entra en vigor en la misma fecha (por ejemplo en EEUU ya se cambió el horario el pasado 13 de marzo)

Es por tanto una medida que tiene como fin el ahorro energético, y a tenor de los datos que proporciona el IDAE (Intituto para la diversificación y el ahorro energético) parece que los resultados son concluyentes: en nuestro país, el ahorro en iluminación en el sector doméstico por el cambio de hora durante los meses que tiene efecto; es decir, desde final de marzo hasta final de octubre, puede representar un 5%. Si el consumo medio de una familia española es de 3.200 kWh., el ahorro sería de más de 6 € por hogar y más de 60 millones de euros para el conjunto de ellos. A ello habría que sumar, procedente del sector de comercio y servicios, un ahorro del 3% (más de 6 millones de €) en concepto de reducción de consumo de aire acondicionado. En global se calcula que el ahorro energético en nuestro país se sitúa en torno a los 300 millones de €, con el consiguiente descenso en emisiones a la atmósfera.

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