Los vecinos de los nuevos desarrollos refuerzan la seguridad de sus urbanizaciones para evitar robos, sobre todo en garajes y trasteros. Fuentes policiales achancan esta situación a la pérdida de efectivos policiales en los últimos años y a la ubicación periférica de estos barrios. Las Tablas y Ensanche de Vallecas son algunas de las zonas de la capital en las que los vecinos han tomado precauciones. En la Comunidad, se observa esta fiebre por la seguridad en Tempranales (Sanse), Pau 4 (Móstoles), Ensanche Sur (Alcorcón) o Espartales (Alcalá).
La seguridad se ha convertido en una prioridad para los vecinos de los nuevos barrios que han surgido en la Comunidad de Madrid en los últimos años. Basta con darse una vuelta por el Ensanche de Vallecas, Sanchinarro o el Pau 4 de Móstoles para comprobar in situ cómo las urbanizaciones surgidas al calor de la fiebre del ladrillo se han blindado con cámaras, alarmas y vigilancia privada durante 24 horas en muchos casos, como ha comprobado 20minutosy han corroborado los vecinos. “En nuestra comunidad hemos decidido poner cámaras en los puntos que pueden ser más conflictivos y muchos vecinos están instalando alarmas. Llevamos aquí viviendo casi dos meses y ya le han robado a una vecinas las ruedas del coche en el garaje”, explica María, que reside en el barrio de Valdebebas. “Aquí todos los vecinos tienen en sus viviendas alarmas instaladas, independientes de las cámaras y la vigilancia que hay en las zonas comunes”, señala el portero de una urbanización en pleno corazón de Sanchinarro.
Esta obsesión por la seguridad no es baladí: los garajes y trasteros de estos barrios limítofres han sido y están siendo objeto habitualmente de numerosos robos, según han confirmado fuentes policiales, que han indicado que los asaltos a viviendas se han reducido. “Son delitos habituales porque son sencillos de ejecutar y cuentan además con una ventaja añadida: las zonas donde se ubican estos barrios están formadas por amplias avenidas bien conectadas con la M-30 y la M-40, lo que facilita muchísimo la huida. Además, son barrios solitarios”, explica un miembro de la Policía Municipal de la capital. A esta circuntancia hay que añadirle un factor clave: la falta de efectivos policiales. “Hay una alarmante falta de personal policial desde hace unos años que inevitablemente está repercutiendo en la seguridad de los vecinos, y sobre todo en los de las zonas de la periferia. El alcance del patrullaje es limitado en los barrios que no se encuentran en la zona centro”.
Y es que la Policía Municipal ha sufrido la pérdida del 10% de su plantilla durante la legislatura anterior (2011-2015), lo que supone alrededor de 700 efectivos. En concreto, actualmente hay entorno a 6.100 policías municipales en la capital, frente a los 6.800 que había en 2011, según datos aportados por Comisiones Obreras. El Ayuntamiento de la capital ya ha anunciado que tiene previsto revertir esta situación, pero aún no ha adoptado ninguna decisión. En Madrid capital, esta preocupación por la seguridad puede observarse especialmente en los nuevos desarrollos del norte, como Montecarmelo, Las Tablas, Sanchinarro y Valdebebas; y en la zona sur, en el Ensanche de Vallecas y el Pau de Carabanchel. En la Comunidad, los barrios de Tempranales (San Sebastián de los Reyes), Pau 4 (Móstoles), Ensanche Sur (Alcorcón), Ensanche y Espartales (Alcalá de Henares), son algunas de las zonas de la región en las que los vecinos también han tomado precauciones frente a los amigos de lo ajeno.
Alta demanda vecinal Prueba de ello es que la demanda de sistemas de seguridad sigue creciendo, sobre todo, en comunidades de propietarios, según han confirmado varias empresas consultadas del sector. “Más de la mitad de la demanda de sistemas de seguridad es para comunidades de vecinos”, ha señalado un portavoz de Altatec Seguridad. “El producto más demandado es nuestro concepto de seguridad inteligente: combinar apropiadamente cámaras con alarma con detección de intrusión y control de accesos”, ha precisado. Esta tendencia se corresponde con los datos de videovigilancia en comunidades de propietarios que maneja la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) a nivel estatal, ya que no dispone de la cifra a nivel autonómico. El crecimiento en el último año ha sido del 28% al pasar de 17.241 ficheros de videovigilancia a 22.144 entre marzo de 2015 y marzo de este año. Los ficheros solo se refieren a la cantidad de espacios donde hay cámaras, ya que en la práctica en un mismo espacio los dispositivos pueden llegar a multiplicarse. En la actualidad, en la región hay 43.989 ficheros de videovigilancia de titularidad privada activos, lo que supone un incremento de un 18% en un año.
Retraso en Azca La seguridad también es primordial para las administraciones públicas. En Madrid capital, estos dispositivos ya están presentes en numerosos espacios públicos, edificios y transportes. De hecho, el Ayuntamiento anunció que en noviembre del año pasado se pondrían en funcionamiento 55 cámaras en el complejo empresarial y de ocio Azca, junto al Santiago Bernabéu, aunque aún no están operativas. Estos dispositivos cubrirán el área delimitado por las calles de Orense, General Perón, Paseo de la Castellana y Raimundo Fernández-Villaverde. Además, el Consistorio aseguró que está a la espera de que la Comisión de Videovigilancia autorice la puesta en funcionamiento de otra zona de cámaras en Gran Vía, entre Callao y la Plaza de España.
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