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13 de septiembre de 2022

Europa sube los salarios mínimos a máximos mientras España aún estudia cuánto elevarlo

Alemania lo ha elevado un 22%, Polonia ha anunciado un aumento de casi el 14% y Holanda baraja un 10% para 2023.

La última subida en España fue a principios de este año y ahora se sitúa en 1.000 euros brutos mensuales.

En una Unión Europea azotada por unas tasas de inflación inéditas en las últimas décadas, los principales países del Viejo Continente han dejado de lado las recetas de austeridad de la anterior crisis, al menos en lo relativo a sus salarios mínimos. Los gobiernos de las economías más fuertes del club comunitario han aprobado o anunciado fuertes aumentos en sus sueldos mínimos, con porcentajes de subida de hasta dos dígitos en el caso de países como Alemania o Polonia. En España, por su parte, el Ministerio de Trabajo baraja subir este indicador más que lo propuesto inicialmente para compensar en parte la subida de precios, si bien el Gobierno aún no ha hecho un planteamiento concreto.

Estos importantes incrementos del salario mínimo en las principales economías de la UE se están produciendo en países con gobiernos de todo signo político: tanto el ejecutivo socialdemócrata alemán como el ultraderechista polaco, pasando por el gobierno liberal de Países Bajos, han coincidido en plantear subidas de calado. La más destacada es la que aprobó en junio el gobierno germano que lidera Olaf Scholz, que consiguió en el Bundestag una mayoría para elevar nada menos que un 22% el salario mínimo.

Este aumento era una de las promesas electorales del centroizquierdista SPD, que volvió a liderar el gobierno en 2021 tras 16 años de mandatos de la democristiana Angela Merkel. Según reflejan los datos oficiales de Eurostat, el salario mínimo alemán comenzó 2022 situado en los 1.638 euros al mes brutos en 12 pagas, y su aumento se ha dividido en dos fases: en julio aumentó hasta los 1.744 euros en 12 pagas y, a partir del 1 de octubre, se colocará en el entorno de los 2.000 euros mensuales, siempre antes de impuestos.

Ninguna otra de las principales economías europeas ha registrado este año un aumento tan drástico del salario mínimo como el de Alemania, el país económicamente más fuerte de la UE. Pero, para 2023, en Polonia -la sexta economía comunitaria- el gobierno prepara un incremento muy importante que podría rozar el 14%, con la idea de compensar una inflación disparada que se encuentra alrededor de esa misma cifra, cuatro puntos más que en España. En concreto, en Polonia el salario mínimo se encuentra actualmente situado en los 641,7 euros mensuales brutos en 12 pagas, según datos de Eurostat. Y el ejecutivo polaco anunció en junio que, para el año que viene, pondrá en marcha dos aumentos de este indicador. El primero tendrá lugar en enero y será el más importante, ya que el sueldo mínimo crecerá hasta los 717 euros al mes. El segundo, de julio, será más modesto y situará el salario mínimo en los 731 euros.

Holanda y Francia, en la misma línea Algo más reducida, aunque aún así potente, será la actualización que estudia llevar a cabo para el año que viene el gobierno de los Países Bajos, la quinta economía de la UE inmediatamente por detrás de España. Este año, el aumento ha sido modesto: el salario mínimo holandés era, en enero, de 1.725 euros brutos en 12 pagas para trabajadores de 21 años o más -un 1,4% más alto que el año anterior-, y creció el pasado julio hasta los 1.756,2 euros para este mismo grupo de trabajadores: en total, un crecimiento acumulado del 3,2% durante 2022.

Para 2023, sin embargo, el ejecutivo de Países Bajos tiene intención de impulsar un aumento del salario mínimo mucho mayor, dadas las cifras de inflación en toda Europa y, en concreto, en la propia Holanda, donde el IPC subió un 13% en agosto. Según la prensa económica internacional, este incremento que estudia el gobierno neerlandés -y que todavía no está confirmado- sería del entorno del 10%, lo que situaría el salario mínimo en algo más de 1.900 euros mensuales, antes de impuestos y en 12 pagas.

Sin contar a Italia, que no tiene un salario mínimo establecido a nivel nacional, Francia es la única de las grandes economías de la UE que aún no ha hecho públicos sus planes para el salario mínimo el año que viene. En 2022, no obstante, este indicador ha experimentado un importante impulso gracias, entre otras cosas, a que en Francia la ley establece la revalorización automática del salario mínimo cuando la inflación crece más de dos puntos con respecto a la cifra en la que se encontraba en la fecha de la anterior subida.

En concreto, el salario mínimo francés comenzó el año incrementándose algo más de un 3% y situándose en los 1.603 euros al mes. Pero, durante 2022, ha experimentado otras dos subidas. La primera, en mayo, fue del 2,65% hasta los 1.645,58 euros brutos mensuales. Y la segunda tuvo lugar el pasado 1 de agosto, cuando el indicador ascendió hasta los 1.679 euros al mes en 12 pagas: otro 2%. El crecimiento acumulado durante el año ha sido, en total, del 8%.

La negociación que viene en España ¿Y en España? Desde 2019, el sueldo mínimo ha ido creciendo progresivamente: la mayor subida se produjo ese año, desde los 735 hasta situarse en 900 euros; en 2020 aumentó en 50 euros, y un año más tarde la cuantía se quedó en 965. El Gobierno se comprometió al inicio de la legislatura a que, al final de su mandato (es decir, en 2023), el sueldo mínimo fuera el equivalente al 60% del salario medio. Y, el año pasado, el Ministerio de Trabajo convocó a un comité de expertos que concretaron que, para alcanzar ese objetivo, la cuantía debía situarse en una horquilla entre los 1.011 y los 1.049 euros al mes el año que viene, en 14 pagas. Desde febrero, el salario mínimo en España es de 1.000 euros brutos con dos pagas extras, lo que en 12 mensualidades equivale a 1.166 euros.

No obstante, el sueldo medio ha crecido más de lo previsto inicialmente, al igual que la inflación. Y, por ello, Trabajo ha encargado a este mismo comité de expertos un nuevo informe para elevar el salario mínimo para el año que viene por encima de los 49 euros previstos inicialmente, un 4,9%. La negociación se prevé ardua, ya que los sindicatos han planteado una propuesta inicial de aumento hasta los 1.100 euros en 14 pagas -lo que equivaldría a unos 1.283 en 12 mensualidades- y la patronal se resiste a negociar un incremento en un momento de crisis económica.

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