Inquietud entre los clientes de Segur Ibérica, la compañía de seguridad que ha echado el cierre este lunes. El cierre les deja en una situación incómoda, con un cartel de vigilancia que indica al intruso que no hay nadie al otro lado del teléfono si la alarma salta.
En el mercado de la vigilancia, Telefónica y Navantia tenían contratados casi 350 vigilantes entre las dos y ambas se han decantado por Prosegur. No son los únicos nombres conocidos en la lista. Adif, Endesa, Museo del Prado, Mutua Madrileña o Aena se han visto también en la necesidad de buscar nuevos aires en alguno de los gigantes de la seguridad en España. Otras grandes compañías decidirán en las próximas semanas. Entre quienes necesitan mantener su alarma de seguridad, la bolsa de clientes es más variada. Está compuesta por particulares, negocios y empresas de muchos tamaños y sectores. Clientes que se encuentran ahora en una situación vulnerable, que requiere reflejos y determinación.
Particulares y dueños de negocio muestran dos principales preocupaciones. En entrevistas con varios clientes, han reconocido que sobretodo desean mantener el servicio sin que haya fricciones en el cambio. La protección es esencial. La segunda de las preocupaciones de estos clientes es la viabilidad de la empresa. Se han mantenido fieles a pesar del incierto destino de Segur Ibérica, pero desean poner fin a la inquietud de qué pasará con su seguridad. Los candidatos a hacerse con el pastel son los mismos y ya han empezado la carrera por ofrecer condiciones ventajosas a los mismos. Eulen en menor medida, pero Prosegur se sitúa a la cabeza en este sector y los más de 1.000 empleados que tenían nómina con Segur Ibérica esperan pacientemente ser recolocados en alguna de estas dos empresas, sí saneadas.
Caída en picado de Segur Ibérica El pasado 22 de diciembre Segur Ibérica entraba en proceso de liquidación tras cumplir con el papeleo en el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Madrid. Durante seis meses, se ha especulado sobre la posibilidad de reflotar la empresa, que en su día llegó a ser la tercera más potente de España. Sin embargo, la insolvencia ha demostrado ser irreversible a pesar de los muchos esfuerzos realizados. Los clientes más precavidos buscaron durante el primer semestre una alternativa y los más fieles tendrán que hacerlo ahora. Las principales compañías, como Prosegur o Eulen, muestran músculo y experiencia para hacerse con esta parte del pastel, que no comprende sólo la seguridad y vigilancia, sino también al que decidió en su día instalar una alarma. De hecho, el mercado de la seguridad ha estado atento al proceso y las principales compañías han diseñado un plan de captación para hacerse con los clientes de Segur Ibérica.
Las principales oportunidades las encontrarán los clientes de Segur Ibérica ahora. Hasta el momento, la competencia se mostró más bien discreta. ‘I-sec Technologies’, compañía isreaelí, jugó la baza de adquirir la quebrada, pero hace dos semanas se echó atrás. Ésta ha sido, finalmente, la puntilla. Las causas de la no compra arraigan en la fuerte deuda que mantenía Segur Ibérica con Hacienda, que ascendía a casi 12 millones de euros. También, la trayectoria de la compañía ha sido un pesado lastre. La caída en picado se inició en 2010 y desde entonces la descapitalización ha sido imparable.
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