La agresividad en la ciudadanía llevamos unos meses sintiendo que está algo a flor de piel. En la comarca campogibraltareña, sindicatos y colectivos profesionales han tenido que manifestarse ante las agresiones que compañeros que cubren distintas parcelas de atención al ciudadano en Centros de Salud, Hospitales, oficinas de la administración, etc, han tenido que precisar los servicios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad ante un paciente, un familiar del enfermo o un simple vecino que ha decidido recurrir a la violencia para resolver el asunto en cuestión.
De nuevo han saltado las alarmas con la agresión a una vigilante de seguridad en las oficinas de la Tesorería de la Seguridad Social en Algeciras. Esto no se puede repetir. Desde este grupo editorial, entendemos que estos profesionales están en la primera línea y en una encrucijada entre la defensa del profesional al que atiende y los derechos que le atienen a él como responsable de evitar un mal mayor como corresponde a su labor diaria. Los vigilantes de seguridad son un colectivo con una fragilidad de coberturas jurídicas y de medios muy por debajo de sus responsabilidades. Algo que con casi toda seguridad, las administraciones responsables deberían de analizar, matizar y rectificar.
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