El vigilante perdió dos dientes y fue ingresado en el propio centro. Los ladrones habían apalancado las expendedoras de un área de acceso restringido
Un vigilante de seguridad del hospital de Galdakao recibió en la noche del pasado jueves una «paliza» a manos de dos ladrones. Los delincuentes se habían colado en una zona restringida del centro médico para robar la recaudación de las expendedoras que surten a la plantilla de refrescos y aperitivos. Mientras apalancaban las máquinas, los cacos fueron sorprendidos ‘in fraganti’ por el guarda. Su reacción fue extremadamente violenta. Golpearon «con saña» a la persona que les acababa de descubrir y huyeron. Llegaron a emplear incluso una barra de hierro, según informaron ayer fuentes del entorno del agredido.
A consecuencia del ataque, el vigilante ha perdido dos piezas dentales y sufre daños importantes en la nariz. También tiene varias contusiones por el cuerpo. El hombre pasó varias horas ingresado en el propio hospital. La Ertzaintza ha iniciado una investigación para tratar de localizar a los autores de la agresión, que ya estarían identificadas. Serían dos personas con numerosos antecedentes. «Se las está buscando», confirmó un portavoz del Departamento de Seguridad del Gobierno vasco.
Patrulla en solitario Lo sucedido ha causado una profunda conmoción en toda la comunidad que trabaja en el equipamiento sanitario y, sobre todo, en el sector de la seguridad privada en Bizkaia. El Colectivo Independiente de Seguridad Privada de Euskadi (CISPE) ha convocado una concentración de repulsa a las puertas del hospital para el próximo lunes. El acto será a las 11.00 horas. La paliza contra el vigilante se produjo un poco antes de las 21.30 horas. En ese momento, había sólo dos profesionales en el complejo sanitario, que cuenta con una superficie construida de 112.000 metros cuadrados. Precisamente, el empleado estaba cumpliendo con una de las rondas. Patrullaba en solitario. Se desconoce si pudo siquiera pedir ayuda por la emisora o por el teléfono móvil a su otro compañero.
Desde el CISPE reclamaron ayer una mayor inversión en seguridad en los hospitales públicos de Bizkaia. «Hay que recordar que son infraestructuras de importancia estratégica, por donde pasan miles de personas al día», advirtió un portavoz sindical. «En el caso de Galdakao, en el momento del incidente había sólo dos compañeros para un área de patrulla enorme. Habría que reforzar este dispositivo», reclaman.Al sorprender y dar el alto a los delincuentes que se encontraban en la zona restringida, que está ubicada cerca de una de las entradas del centro médico, los asaltantes le pegaron con la barra de hierro «sin mediar palabra». En la agresión utilizaron la palanqueta que portaban para forzar las expendedoras.
Cada día entran a su puesto en el hospital de Galdakao siete vigilantes, que ofrecen un servicio de 24 horas. Desarrollan su labor a turnos. En momentos muy puntuales hay cuatro profesionales de forma simultánea, pero en otros, sólo dos. El centro sanitario dispone de 67.000 metros cuadrados en el edificio principal. Los almacenes exteriores y el Centro Vasco de Transfusiones suponen otros 6.000 metros cuadrados para vigilar. Las instalaciones tienen, además, otros 30.000 metros de parking, aceras y zonas verdes.
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