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21 de abril de 2013

La ola de protestas obliga a las entidades bancarias a blindarse con seguridad privada


Grupos de protesta social como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, los yayoflautas o los afectados por las preferentes han convertido las sucursales de las diferentes entidades bancarias en los centros neurálgicos de sus manifestaciones. Es por eso que la mayoría de bancos, y muy especialmente los nacionalizados por el Gobierno, han decidido aumentar su servicio de vigilancia privada en el interior de las sucursales para evitar situaciones de inseguridad. Diversos bancos consultados por La Vanguardia.com han reconocido que a raíz de las protestas han tomado nuevas medidas de vigilancia, seguridad e incluso prevención dirigida a sus empleados. Algunos han optado por blindar su sede central, otros por ampliar la presencia de agentes de seguridad privada en las sucursales, y otros por crear una vigilancia itinerante que se despliega especialmente cuando advierten que se ha organizado una protesta en una de sus oficinas.

Es el caso de Bankia, que ha reconocido que en "días puntuales se refuerza la seguridad en alguna sucursal", sobre todo en zonas de Madrid y Valencia. Normalmente las sucursales piden esos refuerzos a la central. Lo mismo sucede en CatalunyaCaixa, donde en las zonas más conflictivas de l'Hospitalet o Barcelona disponen de seguridad privada aunque, resaltan: "No hay ninguna estructura fija y los vigilantes se mueven de una sucursal a otra". Fuentes de la caja catalana sí que destacan el aumento de seguridad fija en la central de la entidad en Via Laietana de Barcelona, con estrictos controles para acceder a las instalaciones. Por su parte, Banc Sabadell ha realizado "refuerzos puntuales en sus sucursales cuando alguna de ellas ha sido objeto de protestas". CaixaBank, BBVA y Santander han declinado hacer ningún tipo de declaración al respeto.

Catálogo de recomendaciones Las centrales de algunas entidades han enviado a sus empleados recomendaciones de actuación en caso de situaciones de tensión. Un portavoz de uno de los bancos, que prefiere mantenerse en el anonimato, reconoce que a finales de 2012 –después de varios altercados durante la última huelga general- se realizaron unas recomendaciones al personal de sus más de 2.200 oficinas con "actuaciones de sentido común ante posibles situaciones adversas". Confinarse en el despacho del director en caso de que alguien acceda a la oficina con un objeto punzante o guardar material valioso, son algunos de los consejos que la entidad recomienda seguir.

Vigilancia de los bienes inmuebles Los bancos no solo han aumentado la vigilancia de sus oficinas, también se han visto obligados a contratar seguridad privada para velar por el elevado número de activos inmobiliarios que han ido acumulando debido a los impagos de las hipotecas. Desde 2008, más de 400.000 familias se han visto inmersas en un proceso de ejecución hipotecaria por parte de alguna entidad financiera. Casas, promociones terminadas pendientes de vender y obras a medio hacer han llamado la atención de posibles okupas y ladrones. La mayoría de ellas, asegura un portavoz de la empresa de seguridad Eulen, "se encuentran en las zonas de costa, lo que serían segundas viviendas que han tenido una venta más complicada". Esta empresa destina en la actualidad un centenar de vigilantes de seguridad que, aparte de la vigilancia física, también instala sistemas de alarmas. El objetivo es evitar el robo de material de construcción –muchos edificios en propiedad de los bancos están aún sin finalizar por la falta de liquidez – y la ocupación de los inmuebles "por parte de colectivos de desahuciados u okupas". Desde Eulen destacan que la inversión que están realizando los bancos en este tipo de vigilancia es muy elevada, equiparable "a lo que destinan a la seguridad de sus sucursales".

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