Los problemas empezaron en julio, cuando Norvik absorbió a la empresa adjudicataria de la seguridad en juzgados, comisarías y hospitales
Ya son dos meses sin cobrar la nómina los que acumulan cerca de un centenar de trabajadores en Navarra de la empresa de seguridad privada Norvik Security Services, que presta servicio a Gobierno foral, Nasuvinsa o Agencia Tributaria, además de algunas importantes compañías como Gestamp o Volkswagen. La falta de ingresos ha llevado a estos vigilantes a una situación límite debido a que los atrasos comenzaron meses atrás. Según la representación sindical de la plantilla, no están cobrando con normalidad sus salarios desde hace medio año, lo que está derivando en graves contratiempos económicos ante la imposibilidad en algunos casos de hacer frente al alquiler, la hipoteca o las facturas domésticas.
Los problemas comenzaron en julio, cuando Norvik absorbió a INV, la concesionaria de los servicios de vigilancia en hospitales públicos, comisarías o juzgados que se había hecho con el contrato a comienzos de este año. La plantilla ya está habituada a ser subrogada de una empresa concesionaria a la siguiente en función del resultado del concurso para adjudicar el servicio, pero tardó poco en darse cuenta que esta vez iba a ser diferente. La paga extra de julio se retrasó casi dos semanas, algo inhabitual y que sentaba un mal precedente. La mala impresión inicial se confirmó en agosto, con el pago de los salarios con tres semanas de retraso, y septiembre, que fue abonado en unos casos el día 6 y en otros el 17.
La situación se agravó en octubre, mes desde el que no han visto ni un euro. Ante este panorama, los vigilantes se quejan de la falta de repuesta del Gobierno de Navarra para encontrar una solución. Según les han informado, ninguna otra empresa de seguridad quiere adjudicarse el servicio porque tendría que asumir las deudas acumuladas, por lo que se prorrogará el contrato con Norvik hasta abril.
“Nos están manteniendo mis suegros” Son casi un centenar de trabajadores de Norvik en Navarra que están viviendo con el agua al cuello, según los testimonios recogidos entre algunos de estos vigilantes que llevan dos meses sin cobrar sus nóminas. En los casos más graves, algunos han tenido que abandonar sus hogares ante la imposibilidad de pagar el alquiler. Los demás ya han agotado sus pequeños ahorros y tiran adelante gracias a la ayuda de familiares. Las dificultades para pagar las facturas están disparando los cuadros de ansiedad que derivan en bajas, lo que sumado a la fuga de empleados a otras empresas está llevando a que no haya personal para cubrir los servicios de seguridad en algunos lugares.
“La hipoteca nos ha subido 300 euros al mes por el incremento de los intereses y el salario de mi mujer no nos llega para afrontar todos los gastos. Tenemos dos hijas de 17 y 12 años y solo gracias a la ayuda de mis suegros seguimos a flote”, reconoce uno de los vigilantes de Norvik afectados por el impago de las nóminas que prefiere mantenerse en el anonimato. Totalmente indignado con la situación de tener que trabajar sin cobrar, apunta que tampoco pueden dejar de hacerlo ante el riesgo de despido y solo confían en que llegue un nuevo adjudicatario solvente. “Nos han hecho un agujero tremendo. Estamos a las puertas de la Navidad con el culo prieto si surge un gasto imprevisto. Por culpa de la ansiedad he perdido ocho kilos”, explicaba.
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