La Asociación Unificada de Guardias Civiles no sabe cuándo se incorporarán, cuántos serán, qué funciones realizarán, quién les supervisará… Muestra su malestar con el director del Centro Penitenciario, quien se niega a reunirse con ellos, remitiéndoles a sus superiores jerárquicos. La Unificada tampoco puede entrar las instalaciones para comprobar en qué condiciones trabajan los agentes allí destinados
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) carece de información sobre cuándo se producirá la implantación de servicios de seguridad privada en el Centro Penitenciario de Burgos. Si bien el director de la cárcel, Luis Carlos Antón, ha asegurado esta mañana que la llegada de los vigilantes está prevista para octubre y que serán entre 15 y 20 los profesionales que trabajarán en Burgos, nada saben los guardias civiles que allí trabajan. Es posible, reconocen desde la asociación, que se enteren en el último momento o cuando lleguen un día a sus puestos de trabajo y se encuentren allí con los nuevos vigilantes.
La AUGC está muy molesta con la actitud del director de la prisión burgalesa. Se niega a reunirse con sus responsables, puesto que no la considera ni como sindicato ni como entidad que representa a un colectivo o grupo de trabajadores, por lo que la única forma que tienen de acceder a un mínimo de información es acudiendo a sus superiores. Así las cosas, en la Unificada dicen desconocer cuántos vigilantes van a incorporarse en Burgos, cuándo llegarán, qué funciones van a desarrollar, quiénes van a estar supervisándoles, cómo afectará su trabajo al que desarrollan los guardias civiles…
Nadie les dice nada, tampoco responden a sus preguntas ni les dejan acceder a las instalaciones del Centro Penitenciario para comprobar, en este caso, de qué servicios disponen los agentes. Es decir, si tienen acceso a duchas y en qué condiciones, cuántas taquillas están a su disposición, dónde trabajan, si tienen calefacción y aire acondicionado en sus dependencias… La AUGC no puede entrar, denuncian, salvo que se haga una solicitud a los máximos responsables del cuerpo y, entre todos, realicen una visita. Algo que, sin embargo, tampoco va a ocurrir, insisten desde el colectivo.
Complemento
Con respecto al papel que jugará la seguridad privada en las cárceles, y que desde Prisiones lo califican de “complemento” a la Guardia Civil, nunca sustitución, la Asociación Unificada reconoce que en Burgos, dado el personal con el que se cuenta, no se va a producir una reducción de los efectivos, pero en otros lugares sí. La denuncia de AUGC ante la llegada de los vigilantes se basa en que estos profesionales vendrían a realizar tareas de las que ahora se encargan los guardias civiles, quedándose estos exclusivamente con las labores de traslado y custodia de penados e internos.
De ser así, tarde o temprano algunos de los agentes serán trasladados de manera forzosa, puesto que ya no serán necesarios. Bien es cierto que la Guardia Civil no trabaja sólo en la prisión, sino que realiza labores de vigilancia semejantes en la Subdelegación del Gobierno, los cuartes, la Comandancia e, incluso, en la Fábrica de la Moneda y el Aeropuerto. En toda España, la decisión del Gobierno Central supondrá la firma de contratos por valor de 33 millones de euros, con empresas de seguridad que aportarán unos 800 efectivos, en un claro movimiento hacia la privatización de la seguridad en las cárceles, según AUGC
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