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11 de septiembre de 2014

Butroneros, un estilo de vida ‘rentable’

Los policías se quejan de que a estos ladrones les compensa llevar este ‘modus vivendi’, porque el riesgo es mínimo.

La criminalidad baja en términos generales, pero algunos delitos crecen de forma preocupante en determinadas zonas del país. Es el caso de los denominados robos con fuerza en establecimientos, que –entre otros– engloban a los clásicos butrones y a los alunizajes. Según fuentes policiales, este tipo delictivo se ha incrementado en el último semestre en Madrid en algo más del 10%, aunque algunos barrios de la capital vienen sufriendo el aumento de este tipo de robos desde hace años. Es el caso del distrito centro de la capital, donde predominan las tiendas de marca y los establecimientos de lujo. “Los pescadores van a pescar donde hay peces”, explican fuentes policiales que persiguen este tipo de atracos desde hace años en referencia a que los ladrones acuden a las zonas que aglutinan más apetecibles botines.

Los robos con fuerza en establecimientos son el único delito que aumenta en el último semestre en el centro de Madrid. El resto de actividades han sido reducidas por los agentes. La cuestión, explica uno de estos funcionarios, es que se trata de robos que en general compensan a los ladrones, ya que los grupos que los perpetran obtienen grandes beneficios con cada atraco y se arriesgan poco. Generalmente, continúan las mismas fuentes, quedan libres provisionalmente hasta que sale el juicio y, cuando éste llega, es difícil de probar la culpabilidad a menos que se les haya pillado in fraganti. Además, mientras se celebra o no la vista oral, muchas veces vuelven a la calle a seguir actuando. “A ganar más dinero”, añaden.
Fondos para buenos abogados

Además, prosiguen, suelen ser delitos poco penados y, por lo tanto, salen rentables a sus autores. Un grupo, ejemplifican, puede hacer entre siete y ocho butrones al año sin más problema. De esos, solo le pillan en uno, por el que pagará entre cuatro y cinco meses de prisión, y eso en el caso de que las pruebas sean sólidas, ya que prácticamente hay que atraparlos ‘in fraganti’ para obtenerlas, se quejan las fuentes policiales consultadas. “Vamos, que les compensa ese modo de vida”, concluyen. De hecho, estas bandas por supuesto viven de esto y están conformadas por verdaderos profesionales, tanto procedentes de España como, principalmente, de Europa del Este. Suelen tener más de un millón de euros en efectivo disponible para cualquier gasto improvisado, por lo que disponen de fondos suficientes para pagarse buenos abogados y asesores fiscales en el caso de necesitarlos para afrontar procesos judiciales o blanqueo del dinero.

La Policía conoce la identidad de muchos de estos delincuentes. Una gran parte empezó hace 14 o 15 años a llevar este ‘modus vivendi’ y aún se dedica a ello. “Ahora tienen más de 30 años y continúan haciendo butrones; son considerados grupos organizados”, explican las fuentes policiales, que distinguen entre estos especialistas y los pequeños yonquis que atracan bares y tiendas de barrio. Se trata también de robos con fuerza en establecimientos, pero el perfil de los que los ejecutan es completamente distinto, aclaran.

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