En Xove saben bien lo que es tener un número de teléfono disponible las 24 horas del día, bien sea para alertar de un robo o de una avería en la red de abastecimiento. A los vecinos de este concello (casi 3.500 habitantes) no les preocupar no tener un cuerpo de Policía Local al uso. El servicio está más que cubierto por los siete vigilantes que conforman una singular figura reconocida en la normativa de los cuerpos de seguridad de la Xunta. El servicio no se cuestiona. Ni siquiera lo hizo el alcalde, Demetrio Salgueiro (PP), cuando tomó posesión en el 2007 y heredó el servicio, que ya supera las dos décadas de antigüedad.
«Os nosos axentes teñen outras funcións que as da Policía Local», explica el alcalde. Patrullan y vigilan las ocho parroquias del municipio mariñano, reciben las notificaciones de los vecinos durante las horas que las oficinas municipales están cerradas, controlan el tráfico si es necesario, atienden emergencias, se ocupan de abrir y cerrar las dependencias públicas... Vigilancia las 24 horas. Y todo esto, ¿cuánto le cuesta al Ayuntamiento? El alcalde reconoce que son siete nóminas de personal laboral fijo, que cuentan con equipamiento y un vehículo (rotulado como Policía Local). ¿Mucho dispendio? «Nós preferimos ter este servizo e non outro. Os nosos veciños séntense seguros, saben que teñen un teléfono ao que chamar e que vai estar operativo. É algo que agradece moito a xente maior, a que vive soa... teña en conta a dispersión poboacional que hai neste municipio». Demetrio Salgueiro no oculta que el Concello maneja un presupuesto que ronda los seis millones de euros; casi un 40?% de los ingresos los garantiza la multinacional Alcoa. No es un caso fácil de encontrar en Galicia, pero tampoco el alcalde de Xove es el regidor que más cobra de la comarca, ni siquiera de la provincia. Ni está entre los mejores pagados a nivel gallego.
A diferencia de lo que ocurre en la práctica totalidad de los municipios mariñanos, los policías de este concello prestan servicio nocturno. «Xove non foi alleo á oleada de roubos rexistrados recentemente na comarca, pero sabemos que a súa tarefa de vixiancia causa un efecto disuasorio», reitera el primer edil, que reconoce que a sus agentes lo único que les falta es multar: «Non teñen potestade sancionadora, de aí que teñamos delegadas as funcións na Dirección General de Tráfico a través dun convenio. E noutros casos, eles alertan á Garda Civil».
Desde hace unos meses, los agentes han sumado otras tareas. El Concello fue de los primeros gallegos en poner en marcha City 4 Xove, una aplicación informática a través de la que los vecinos pueden comunicar cualquier tipo de incidencia. Los vigilantes están al tanto de las mismas. Ellos son la cara más visible de la Administración. «Tanto eles coma min somos empleados dos veciños. Temos moi presente que formamos parte do servizo público, que estamos aquí para servir aos veciños», indica el regidor, que defiende a capa y espada el servicio de los vigilantes, y recuerda que fue un agente de guardia el que recientemente localizó a un pescador y puso en alerta a los otros cuerpos para poder rescatarlo. «¿E que di doKlaus? Cando foi o da cicloxénese, os nosos vixiantes pasaron toda a noite traballando, axudando a librar árbores e utros perigos das estradas para que os equipos de emerxencias puideran atender as urxencias».
Xove es sitio distinto. El paraíso de los servicios públicos, amplios y de calidad. En este territorio gobernado por el PP, la realidad se ve bajo otro prisma. En este lugar se reparten cada año 40.000 euros en forma de becas educativas, se pagan 2.100 euros anuales (durante tres ejercicios) a la empresa que contrate a una xovense desempleada (y 1.800 por cada varón en paro). ¿Alguien da más?
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