El centro sólo dispone de guardia de seguridad tres horas por la mañana, mientras se dispensa metadona. Pero no por la tarde, cuando ocurrieron los hechos. "Por los recortes hay más saturación y el personal se siente inseguro", manifestó un representante sindical
Los profesionales sanitarios del centro de salud de Antequera se concentraron ayer a sus puertas para protestar por la agresión sufrida por una enfermera y guardar un minuto de silencio. Así querían mostrar su respaldo a su compañera, denunciar la situación que se vivió en el centro el pasado 29 de abril y reclamar "respecto" para los profesionales sanitarios. "Hay muchas formas de poder mostrar la discrepancia con una atención, pero nunca se puede llegar a la agresión física o verbal", dijo José Antonio Godines, uno de los directores del centro sanitario, que cuenta con dos unidades de gestión.
Los hechos denunciados tuvieron lugar sobre las 16:00, cuando una mujer mostró sus discrepancias con la atención que se le estaba prestando a su hijo en el servicio de urgencias. La situación llegó a tal extremo que al verse agredida y amenazada, la enfermera apretó el botón de pánico que existe en las instalaciones, por lo que el resto de compañeros acudió en su ayuda. "Así se evitó que la situación llegase a más", explicó Godines. Precisamente, en ese momento el centro no contaba con la presencia de vigilante, por lo que tuvieron que alertar a las fuerzas de seguridad. Una vez que se personó la Policía Nacional en el centro de salud, se procedió a trasladar a la presunta agresora a la Comisaría, mientras la enfermera también acudió a las instalaciones policiales para interponer la correspondiente denuncia.
Según explicó el delegado del Sindicato de Enfermería (Satse), Benito Herrera, la madre cogió a la enfermera por el cuello y la zarandeó. La profesional no presenta lesiones y está trabajando. Herrera indicó que el centro sólo dispone de guardia de seguridad tres horas por la mañana, mientras se dispensa metadona. Pero no por la tarde, cuando ocurrieron los hechos. "Por los recortes hay más saturación y el personal se siente inseguro", sostuvo. Según datos de Satse, no se denuncian el 89% de las agresiones verbales o físicas. Además, el sindicato estima que cuatro de cada cinco enfermeras han sufrido algún tipo de ataque. Herrera insistió en que debe haber tolerancia cero con este tipo de comportamientos.
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