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29 de mayo de 2014

CETI MELILLA: Un complicado trabajo para los vigilantes de seguridad, que además llevan dos meses sin cobrar

En el Centro de Estancia Temporal de Melilla (CETI) trabaja una plantilla de unos 43 vigilantes de seguridad que, al complicado y tenso trabajo -hay un vigilante de turno por cada 200 inmigrantes- suman el hecho de llevar dos meses sin cobrar.

En lo que va de año, casi 1.800 inmigrantes han salido del CETI de Melilla, una cifra que supone una media de 75 por semana, pero que no es suficiente para conseguir aliviar la saturación.Este miércoles, una nueva entrada masiva de medio millar de subsaharianos por la valla de Melilla, una de las más importantes que ha registrado la ciudad, agravó la difícil situación del Centro de Estancia Temporal de inmigrantes (CETI), con una cifra récord de más de 2.300 personas acogidas en una instalación de 500. El Gobierno trasladó a la Península a unos 150 inmigrantes para descongestionar el centro. Según han informado fuentes policiales, la evacuación de indocumentados se ha producido en dos vueltos fletados por el Ministerio del Interior, en una acción extraordinaria debido a la "sobreocupación" del CETI. 

La decisión se tomó, apuntan, durante la visita urgente que ha girado este mismo miércoles a Melilla el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y tras dar el visto bueno el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Con esta salida se alivia un poco la situación del CETI, porque aún se cuadriplica la capacidad óptima del centro de acogida, pero las citadas fuentes han indicado que estas acciones extraordinarias van a continuar estos días, con nuevos traslados de grupos numerosos de inmigrantes a la Península que proseguirán este jueves. 

Las tiendas de campaña se han multiplicado en el exterior del centro, aunque también las hay en el interior, con el objetivo de dar un techo, aunque sea de tela, a todos los que van llegando. Entre los "recién llegados" se encuentra la segunda mujer que ha conseguido saltar la valla de Melilla, después de que en febrero lo consiguiera una inmigrante camerunesa que, inicialmente, dijo ser menor aunque luego reconoció que no lo era. Para los inmigrantes, la situación del CETI entra dentro de una normalidad, un tanto desordenada, pero los más afectados son los trabajadores del centro. Entre ellos se encuentran unos 43 vigilantes de seguridad que, al complicado y tenso trabajo -hay un vigilante de turno por cada 200 inmigrantes- suman el hecho de llevar dos meses sin cobrar.

Hoy han aprovechado la mayor presencia de cámaras ante el CETI para airear su situación y denunciar que, mientras en el centro se da de comer a 2.000 personas, las neveras de sus casas "están vacías". La preocupación ante la extrema presión migratoria comienza a afectar a los melillenses, que utilizan las redes sociales para expresar su opinión,demandar más vigilancia y oponerse a que se habilite un nuevo CETI, todo ello sin descartar una pregunta: "¿Qué pasaría si hay una nueva entrada?". 2014 va camino de convertirse en un año récord, donde el número de inmigrantes que han saltado la valla ronda los 1.800, todo ello sin contar a los centenares de sirios que este año han cruzado por los pasos fronterizos de manera irregular, eso sí, de una manera menos llamativa, utilizando documentación falsa.

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